En Santa Fe el impacto no será de la magnitud de la suba en Buenos Aires y su Conurbano. En todas las distribuidoras del interior del país (como la EPE) se estima que habrá fuertes aumentos.
Tanto en la Casa Gris como en la Empresa Provincial de la Energía por ahora no hay expresiones oficiales respecto de cuál será el impacto del aumento de hasta el 300% en el nivel mayorista de la energía.
La resolución que ayer se publicó en el Boletín Oficial -con la firma del ministro de Energía y Minería de la Nación, Juan José Aranguren-, contiene cambios en los precios de la generación de energía, pero también en el tamaño de los peldaños de la escala que se utiliza para considerar su valor en el mercado, según horarios, picos de demanda y potencia. Cambian las cifras pero también los cuadros tarifarios.
Con este panorama, los técnicos de la EPE trazan escenarios posibles y los funcionarios políticos esperan una señal nacional para salir a informar qué ocurrirá con las tarifas locales. “Que primero ponga la cara otro”, es la síntesis de la bajada de línea en el Ejecutivo provincial.
No como en Buenos Aires
Obviamente, el impacto en Santa Fe no podrá ser tan extremo como en Buenos Aires y su Conurbano donde los cálculos van por partida doble: se quitan subsidios a la energía mayorista y a las empresas privadas Edenor y Edesur.
Como los usuarios de la EPE no han gozado de los privilegios que el kirchnerismo les otorgó a porteños y bonaerenses durante una década, ahora los santafesinos no los extrañarán.
Por esa razón las distribuidoras del interior del país que -como la compañía estatal santafesina- fueron actualizando sus tarifas ahora no van a producir incrementos que dupliquen, tripliquen y más las boletas.
Pero allí no terminan las novedades: lo central para los usuarios (y para las industrias) es que las usinas generadoras van a vender al mercado mayorista más cara su producción.
Particularidades
La EPE cuenta con el segundo mercado eléctrico del país, luego de la metrópoli porteña y bonaerense que está bajo la administración del Estado nacional.
En Santa Fe, el usuario residencial típico gasta en promedio, por bimestre, unos 400 kW. En cambio, porteños y bonaerenses llegan a 700 kW. La explicación es que las tarifas educan, y la primera conclusión es que allá hay un mayor margen para bajar el consumo irracional, mientras que aquí eso ya ha ocurrido porque las tarifas son mucho más caras.
Otra particularidad: aquí hay subsidios cruzados dentro de los cuadros tarifarios como los que parece impulsar la resolución de la Nación. Por ejemplo: el conjunto de los usuarios “colabora” con los 61.500 jubilados santafesinos que cuentan con tarifas subsidiadas, entre otras relaciones entre los usuarios según su consumo.
Incidencia
En la empresa provincial, si se descomponen las tarifas según su destino se verá que hay tres tercios similares: el primero cubre el precio mayorista de la energía; el segundo soporta el funcionamiento y las inversiones de la compañía y el tercero se compone de impuestos fundamentalmente nacionales y en menor medida provinciales y municipales y comunales (para el alumbrado público).
Esas proporciones se mantienen así en la EPE desde hace varias décadas. En cambio, otras provincias que siguieron las políticas tarifarias nacionales se privaron de obtener recursos con las tarifas para hacer inversiones (de eso se encargaba el Estado). En Edenor y Edesur hasta los salarios contaron con fondos públicos nacionales.
La enorme mayoría de las compañías distribuidoras han financiado sus déficits trasladándolos a Cammesa, es decir, rompiendo la cadena de pagos de la energía mayorista y acumulado deudas. La EPE, recién en el último año, se sumó a esa práctica aunque ya firmó un convenio de pago.
Debe pensarse que la incidencia del aumento nacional operará sobre un tercio de la tarifa local.
El juego de las predicciones
En todo el país, los funcionarios de las distintas provincias que tienen a su cargo el servicio eléctrico comienzan a dar cifras sobre cuál será el impacto de la decisión del gobierno nacional.
Unos ya expresan pautas oficiales para prevenir a los usuarios, otros -sin el grabador encendido- prefieren que a esas predicciones las divulguen los medios. Todos dan a conocer un panorama preocupante y con cifras que (como mínimo) hablan del 30 %.
En el contexto nacional, siempre se compara a la provincia de Santa Fe con Córdoba. También sus sectores eléctricos son bastante similares aunque es algo menor el mercado eléctrico en la provincia mediterránea.
El diario La Voz del Interior da una cifra similar: 30 % de impacto para la Epec, pero el dato aún no es oficial. Aclara que aún no hay una decisión y que a nivel del ente de control y de la empresa se estudia cuál será el impacto en las cifras de distribuidora cordobesa.
En Mendoza, Los Andes estima que a un 25 % de los usuarios residenciales podrían llegarles en marzo aumentos del 400% si la compañía Edemsa traslada los aumentos nacionales producto del retiro de los subsidios. De todas formas, los funcionarios cuyanos tampoco brindan una cifra concreta.
En La Pampa los diarios de la ciudad de Santa Rosa coinciden en señalar que el impacto de la medida será fuerte. Y que el incremento llegará al 50 ó al 60 %. Además, se estima que (por el congelamiento de las tarifas desde 2013) ya existe un 70 % de “desfasaje” entre la realidad de los costos para el servicio y las tarifas que pagan los usuarios.
Los pampeanos, como los catamarqueños, los santiagueños y otras provincias que siguieron las pautas nacionales en materia tarifaria, caen en la cuenta de que pueden pasar por lo mismo que ocurre en Capital Federal y el Gran Buenos Aires con subas que duplique y hasta tripliquen lo que se paga hoy.
La pregunta en esas provincias es ¿qué pasa si al sinceramiento nacional se sumara otro local? En Catamarca eso podría ocurrir y su empresa de electricidad ha informado que las próximas boletas podrían subir hasta un 720 %.
En Entre Ríos la situación no es la misma. Hasta la aparición del congelamiento de tarifas había actualizaciones periódicas (como Córdoba y Santa Fe), y el titular del Ente Provincial Regulador de la Energía, Marcos Rodríguez Allende, dijo que el impacto rondará “entre el 40 y el 45 %”.
En Río Negro la empresa estatal de la provincia y el ente regulador estimaron que el impacto llegará al 60%. En Neuquén el cálculo es diferente: del 30% al 35%.
El litoral.com