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Mario Bravo se encontró con su mamá: «Escuchó mi llanto y ahora mi voz»


abuelas.En la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, el nieto recuperado número 119, contó que la reunión con su madre fue “muy emotiva”. Dijo que sus padres adoptivos, de la localidad santafesina de Las Rosas, fueron engañados. Estela de Carlotto reforzó la necesidad de investigar lo ocurrido en la dictadura.

Con una conferencia de prensa encabezada por Estela de Carlotto, Mario Bravo, el nieto recuperado número 119, contó este martes que el encuentro con su mamá Sara fue “muy lindo y emotivo”.

Mario, que vive en la localidad santafesina de Las Rosas, viajó a Capital Federal primero para encontrarse con su mamá y luego para participar de la conferencia en la sede de Abuelas.

“El encuentro con mi mamá fue muy lindo y emotivo. Se te mueven muchas cosas, sobre todo cuando sos padre. Hay que tener fe, que todo llega. Hay que animarse”, dijo Mario con emoción.

También contó que sus padres de crianza fueron engañados cuando lo adoptaron. “Me mentiría si reniego de mis padres de crianza. Ellos me contaron cómo fue, en mi pueblo los conocen. Venían de perder una hija. En los pueblos no se sabía tanto lo que pasaba”, contó sobre su adopción durante la dictadura.

“Ahora tengo otros seis hermanos más y muchos gastos para Navidad”, dijo entre risas el nieto 119 acompañado por Estela de Carlotto y el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda.

«Mi mamá me dijo que me hablaba mucho en su panza. Le dije que había hecho mucho. Faltó un ratito nomás pero hizo lo más importante: buscarme», añadió.

Sobre el encuentro con su mamá Sara indicó: «Escuchó mi llanto y ahora mi voz, después de 38 años”. Agregó que ella viajó desde Tucumán para el reencuentro pero prefirió mantener el perfil bajo y preservar su identidad. Por eso, no estuvo en la conferencia de prensa.

Mario agradeció a su mujer y a sus hijos por acompañarlo y detalló por qué se decidió presentarse a Abuelas: «Soy padre, ¿cómo le respondo a mi hijo si me pregunta de dónde vengo?”, dijo.

Reforzar las investigaciones

Antes de Mario, Estela de Carlotto resaltó que «hoy que desde algunos políticos y mediáticos se intenta dar voz a la idea de reconciliación, se refuerza la necesidad de investigar lo ocurrido» y destacó la búsqueda de Sara, «quien buscó primero en soledad y luego con el apoyo del Estado», lo que ocasionó un ovación cerrada de los presentes.
Mario Bravo, el nieto 119 en recuperar su identidad, es el sexto que puede reencontrarse con su madre biológica, ya que ya hubo otros cinco nietos que recuperaron su identidad robada por el terrorismo de Estado y se reencontraron con sus padres biológicos.

Según informó la organización Abuelas de Plaza de Mayo, la madre de Mario, de nombre Sara (cuyo apellido se mantiene en reserva) nació el 25 de enero de 1956 en Tucumán. En 1975, trabajaba en un hotel de la capital de esa provincia, donde vivía junto a sus dos hijas, de 3 años y de un año.

En julio de 1975, al regresar del trabajo por la madrugada, fue interceptada por un auto en la puerta de su vivienda. La llevaron a una comisaría, luego a la Jefatura de la Policía provincial y posteriormente a la Cárcel de Villa Urquiza, en donde permaneció en calidad de detenida-desaparecida y dio a luz en cautiverio, en la misma cárcel, entre mayo y junio de 1976. El bebé le fue arrebatado inmediatamente por un enfermero y Sara jamás lo volvió a ver.

Fue liberada en noviembre de 1976 a la vera de un cañaveral, y desde ese sitio caminó hasta el Hospital del Carmen en donde permaneció internada hasta que pudo volver a su casa.

Sara, se contactó en 2006 con la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, y allí tomó intervención la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi). Este organismo abrió un legajo de investigación y en septiembre de 2007 su sangre fue ingresada al Banco Nacional de Datos Genéticos.

Mientras tanto, el joven fue haciendo su propia búsqueda. Desde muy chico sospechaba que no era hijo de quienes lo criaron y si bien a él nunca le confirmaron esta duda, personas de su entorno sí conocían su situación. Inscripto como nacido en 1977 en Las Rosas, Santa Fe -donde se crió-, sus dudas fueron creciendo con el tiempo.

En febrero de este año, se animó a presentarse en la filial de Abuelas de Rosario, se le brindó la contención y el acompañamiento que se ofrece a todos los que se acercan para averiguar su origen, y se derivó su caso a la Conadi. En agosto se le efectuó la extracción de sangre y, el 19 de noviembre último, se informó el resultado del entrecruzamiento, que confirmó que es hijo de Sara.
Rosario3.com.