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¿Qué significa la Navidad, sus símbolos y por qué se eligió el 25 de diciembre?


En Occidente, se considera que el 25 de diciembre, el Día de Navidad según la religión cristiana , coincide con el nacimiento de Jesús de Nazaret en Belén. En efecto, el término «Navidad» proviene del latín «nativitas», cuyo significado es «nacimiento». La fecha en la que Cristo llegó a este mundo, sin embargo, permanece como un enigma, ya que no se encuentra registrada en La Biblia ni tampoco pudo ser comprobada por otras vías.

A partir de esta incertidumbre, se han hecho muchas conjeturas respecto al origen de la Navidad como tradición. No es celebrada por todas las personas que creen en la existencia de Jesús; los testigos de Jehová, por ejemplo, no adhieren a esta festividad ya que consideran que no hay pruebas que respalden el día del natalicio, además de que interpretan que Cristo encomendó a sus seguidores solo recordar su muerte. Argumentan, como muchos otros, que esta supuesta conmemoración tiene una raíz pagana y que fue definida por hombres que vivieron más de dos siglos después que el último de los apóstoles.

Pesebre

La palabra viene del hebreo y significa comedero, establo. A final del siglo II ya existían representaciones del pesebre. Al principio se pintaban en las catacumbas de Roma.

Buey y Burro

Esta representación que nos llega de los escritos apócrifos (obra cuya autenticidad no fue probada), es una bella leyenda de los primeros tiempos del cristianismo. Ninguno de los textos del Evangelio hablan de la presencia de estos animales. Sería una reminiscencia del texto del profeta Habacuc, que dice que “el Mesías se manifestará entre los animales”.

Ángeles cantores

Los ángeles cantores anuncian una buena noticia: “Gloria en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”. Los ángeles, es decir, los mensajeros, llegan del cielo para confirmar el nacimiento del Hijo de Dios. Los ángeles en la tradición cristiana natalicia son representados con trazos infantiles, como señal de inocencia y pureza.

Estrella

La estrella tiene 4 puntas y una cola luminosa. Las 4 puntas representan las 4 direcciones de la tierra: norte, sur, este y oeste, de donde vienen los hombres para adorar la gran luz que es el Hijo de Dios, además de recordar que Él vino por todos.

Los tres reyes magos

El Evangelio de Mateos es el único que relata la venida de los sabios de Oriente. En el siglo V, Orígenes y San León Magno propusieron llamarlos reyes magos. En el siglo VII obtuvieron nombres populares Baltazar (derivación de Baal-Shur-Usur-Baal, que protege la vida del rey), Melchor y Gaspar. Ellos llevan oro, incienso y mirra al niño rey, Dios y Salvador. En el siglo XV, se les atribuyeron etnias: Melchor de raza blanca, Gaspar, amarillo y Baltazar, negro, para simbolizar el conjunto de la humanidad que ve y conoce al Salvador.

Árbol de Navidad

La tradición nació en la Edad Media, de base cristiana, y reúne dos símbolos religiosos: la luz y la vida. Las piezas religiosas eran representadas con gran éxito popular en las iglesias, haciendo siempre alusión al paraíso, representado plásticamente por un árbol cargado de frutos. Este árbol del paraíso quedó como uno de los símbolos de las fiestas de Navidad celebradas a partir del siglo XI. El árbol de navidad actual apareció en Alsacia en el siglo XVI y en el siglo siguiente se propagó el hábito de iluminarlo con velas. En 1912, en Boston, Estados Unidos, se inauguró un árbol iluminado en una de las plazas centrales de la ciudad, y eso se expandió por todo el planeta, incluso en los países no cristianos. El árbol de navidad muestra que incluso en el invierno más duro, el verde de sus ramas resiste y las manzanas siguen sabrosas y comestibles incluso después de la llegada de la nueva y ruda estación con la nieve y las constantes heladas. Las manzanas, hoy esferas rojas, atadas a las ramas del árbol son distintas señales de vida. Muchos ponen sobre el árbol frutos secos y cristalizados para mostrar el otro lado de la vida. Solamente a partir del siglo XX, comenzamos a usar el árbol como símbolo de los vegetales que jamás pierden sus hojas frente a la dureza del invierno del hemisferio norte.

Velas

Encender velas nos remite a la fiesta judía de Jánuca, que celebra la recuperación de la ciudad de Jerusalén por los hermanos macabeos de manos de los griegos. En la llama de la vela están presentes todas las fuerzas de la naturaleza. La vela encendida es símbolo de individuación y nuestros años vividos. Muchas velas, muchos años. Y un soplo puede apagarlas para que de nuevo podamos reencenderlas al año siguiente. Para los cristianos, las velas simbolizan la fe y el amor consumido en favor de la causa del Reino de Dios. Las velas son como vidas entregadas para vivir.

Campanas natalicias

Los renos llevan campanas de anuncio y convocatoria. Las campanas simbolizan el respeto al llamado divino y evoca, cuando se encuentran colgando de las torres, todo lo que está suspendido entre el cielo y la tierra y, por lo tanto, son el punto de comunicación entre ambos.

Nieve

El toque mágico de la Navidad viene con la blancura y el frío de la nieve en el hemisferio norte que exige de las personas resguardo de las calles y pasar más tiempo en sus casas.

Tarjetas, regalos y cena de navidad

La cena nos recuerda el acto de amor de Jesús. Recuerda también nuestro origen judío en cuanto religión que celebra la fe alrededor de una mesa familiar.

Papá Noel

San Nicolás, llamado Santa Claus, fue obispo de Mira, en Licia antigua, al suroeste de Asia Menor, de la actual Turquía. Durante el siglo IV, este hombre de fuerte fe fue transformado legendariamente en este papá universal y proveniente que ofrece a los niños regalos, juguetes y cariño por parte de la tercera edad. El actual Papa Noel, con ropa roja y saco a cuestas, nació en Estados Unidos a mitad del siglo XIX, como un San Nicolás transformado en gnomo o duende y, luego enseguida fue transformado en un simpático viejito. Él fue introducido en Europa después de la Primera Guerra Mundial y se impuso poco a poco por la presión comercial de aquellos que querían festejar la Navidad sin referencias religiosas.

La elección del 25 de diciembre

Una explicación muy difundida se remonta a los tiempos de los romanos. El 25 de diciembre culminaban las celebraciones dedicadas a Saturno -dios pagano de la agricultura- con la fiesta del Sol Invicto, íntimamente ligada a la llegada del solsticio de invierno. Hay quienes sostienen que la Iglesia católica adaptó la simbología detrás de este «sol victorioso» a su propia perspectiva sobre Cristo. «A los cristianos les pareció lógico y natural sustituir esa fiesta con la celebración del único y verdadero Sol, Jesucristo, que vino al mundo para traer a los hombres la luz de la verdad», expresó Juan Pablo II en la audiencia general del 22 de diciembre de 1993.

En el tercer tomo de la Nueva Enciclopedia Católica, publicada en 1967, se rastrea el mismo origen para la Navidad y se agrega que la Iglesia reformuló la efeméride en el tercer siglo después de Cristo para permitir la conversión de los pueblos paganos.

Diferentes fuentes señalan, además, que desde la década del 330 d.C. con el Papa Julio I ya se honraba el nacimiento de Jesús cada 25 de diciembre en Roma, y que en el 529 el emperador Justiniano declaró la fecha como festividad oficial del Imperio.