La Memoria, al igual que la semilla, viene cargada de futuro. Contiene toda la información genética para poder llegar a ser el árbol que late en su destino.
Integrantes de la Juventud Peronista de Armstrong y demás compañeros se sumaron a la campaña impulsada por Abuelas de Plaza de Mayo que consiste en plantar árboles autóctonos en cada rincón del país en honor a los 30.000 desaparecidos bajo la última dictadura cívico militar.
La elegida fue la Plaza Pérez Esquivel dónde se plantaron dos ejemplares distintos, un palo borracho y un lapacho amarillo.
«Hoy plantamos vida como un acto de memoria y futuro, para construir una ciudad, una provincia y un país más justo y solidario».
