
Luz Marina Fischer, la única representante reelecta del peronismo en el Concejo Deliberante, se erige como una figura que capitaliza el apoyo popular más allá de las estructuras partidarias. En un contexto de crisis y ausencia del partido a nivel local, Fischer logró un triunfo que califica como de «mayor valor todavía», ya que fue la gente la que la votó, y no «todos estos seudopolíticos que dicen que son peronistas, pero después son los primeros enemigos».
La concejal, con una clara adhesión a los principios del peronismo que supo inculcarle su padre, destaca que su trabajo se centra en las ideas y en la cercanía con los sectores más vulnerables. «Yo soy la más peronista de todas y lo demuestro en los hechos», afirmó Fischer, contrastando su lealtad y trabajo social con la inestabilidad de otros que «saltan de un espacio a otro, traicionan». Para Fischer, su peronismo se manifiesta en acciones concretas para «los más humildes, para el sector trabajador, para los emprendedores, para los estudiantes, para los abuelos, con el medio ambiente».
Sin embargo, la concejal no ocultó su preocupación por la alta abstención en las urnas, donde un 50% del electorado no concurrió a votar. «Eso es gravísimo», sentenció Fischer, advirtiendo que «cuando una democracia funciona con el 50% de la gente, es una democracia que no funciona, es una democracia que no sirve». Este panorama plantea un desafío para la flamante reelecta y para la política en general, de cara a un futuro en el que la participación ciudadana será clave para fortalecer la democracia.