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Libérate de la ansiedad. Por Elizabeth Santángelo.


parejas-felices1¿No te gustaría comenzar un día sin permitir que la ansiedad te abrume?
Este estado mental puede alterar tu actividad, provocando agotamiento, dejándote atrapado en un laberinto de inquietud, desorden y falta de paz.
Un factor predominante es que esos pensamientos obsesivos, tal vez, no te dejan dormir, ocupan tu mente de manera intrusa, impidiendo pensar y ordenar tu mente.
¿Hay una respuesta para revertir este estado mental?
Mary Baker Eddy, pensadora e intérprete de las bases metafísicas del cristianismo, sostiene que: “Los buenos pensamientos son una armadura impenetrable; revestidos con ellos estáis completamente protegidos contra los ataques de toda clase de error. Y no sólo vosotros estáis a salvo, sino que todos aquellos en quienes reposan vuestros pensamientos. El que piensa correctamente mora bajo la sombra del Omnipotente. Sus pensamientos sólo pueden reflejar paz, buena voluntad hacia los hombres, salud y santidad”.
Tener tiempo para pensar y ocuparnos en las cosas importantes de la vida, como el crecimiento individual y el progreso, en el amplio sentido de la palabra, aporta equilibrio emocional, lo cual es de gran ayuda para que los pensamientos invasivos y molestos desaparezcan.
Cuando reflexionas de esta manera, descubres que eres capaz de pensar bien, ordenar tus deseos y orientarlos a que produzcan un buen resultado. Poco a poco te das cuenta de cómo controlas tus impulsos y acciones para tu propio beneficio.
Tal vez, lo que te trae mucha ansiedad es una pareja, los hijos, el trabajo, la salud, o bien qué te deparará el mañana.

Esos fantasmas que muchas veces generan incertidumbre pueden desvanecerse ante una actitud firme, sabiendo que tienes dominio sobre ellos, que la preocupación genera más preocupación, que lo único que puede ser efectivo en estos casos, es poner una cuota de serenidad, convenciéndote que no depende de ti sino de un poder superior, capaz de ajustar todo a su medida y acción. Nada queda al azar. Todo está perfectamente controlado.
Los pensamientos obsesivos y la ansiedad extrema sugieren que ningún problema tiene solución, pero los buenos pensamientos conducen a la razón, a la verdad y libertad.
Revisar cada actitud propia, preguntarse si hay algo que de parte de uno mismo puede ceder o cambiar, es aceptar y saber que las cosas pueden resolverse de manera práctica, sin tanto ruido mental, sin obsesionarse por la solución o cómo deberían ajustarse las situaciones.
Cuando se vive con alegría y esperanza, cada situación en lugar de presentarse envuelta en un conflicto, será una oportunidad para saber que lo bueno es posible en el aquí y ahora.
Inténtalo, sabiendo que hay una puerta abierta para encontrar la curación.

Elizabeth es columnista en medios de Buenos Aires y otras Provincias del país y
Coaching en área salud y espiritualidad.
Twitter: @elisantangelo1