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La red eléctrica de Armstrong sumó la planta de generación de energía solar.


Cooperativa-Los paneles aportan una potencia de 200 kilovatios. También hay generadores fotovoltaicos en los techos de 50 casas de esa ciudad.

La planta de paneles solares de energía eléctrica de Armstrong fue conectada esta semana a la red de distribución de la Cooperativa de Servicios de esa localidad, ingresando una potencia pico de 200 kilovatios. También se conectaron a la red las unidades ubicadas en los techos de 50 casas de Armstrong, comenzando en su conjunto una nueva etapa de una experiencia piloto única en Argentina. Esto es así por sus características de integrar una planta energía solar fotovoltaica, instalaciones en domicilios particulares y un sistema de control y monitoreo inteligente de la generación y el consumo de la energía en el sistema.

La experiencia que se realiza en Armstrong es denominada Proyecto de Redes Inteligentes con Energías Renovables (Prier) y es llevada a cabo por el Consorcio Asociativo Público Privado (Capp) conformado por la Cooperativa de Provisión de Obras y Servicios Públicos de Armstrong (Celar), la Facultad Regional Rosario de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti).

Conexión a la red

El miércoles último fue un día clave para el proyecto «Generación distribuida con energías renovables-Aportes tecnológicos sociales, ambientales y económicos de su aplicación en la Red inteligente de Armstrong» ya que fue conectada a la red de distribución de energía eléctrica de la Cooperativa la totalidad de los dispositivos de la planta fotovoltaica.

De esta forma, la red ha sumado los 200 kilovatios-pico que aporta la planta situada en el área industrial de Armstrong.

La unidad de medida kilovatio pico es utilizada para los generadores solares e indican la máxima potencia que pueden aportar. La magnitud de la energía eléctrica que se genere depende básicamente de la intensidad de los rayos solares en cada momento del día, la época del año y las condiciones climáticas.

De esta forma, la generación en la planta, sumada a la de los paneles solares en los techos de viviendas particulares ya instalados, están aportando energía renovable a la red de distribución de la Cooperativa.

El proyecto

Ricardo Airasca es ingeniero y es el gerente de la Cooperativa de Servicios de Armstrong. También es responsable administrativo del Proyecto Prier.

En diálogo con LaCapital, explicó que «empezamos a trabajar en esta iniciativa por cuenta propia en la cooperativa, mucho antes de que el gobierno nacional se interesara». En ese sentido, añadió que «luego la Secretaría de Energía, para la primera etapa de este desarrollo, eligió a Armstrong como ciudad para la prueba piloto».

Posteriormente, explicó, «buscamos dos socios tecnológicos: queríamos contar con el apoyo de una universidad, como la Tecnológica, y un ente como el Inti para que nos aporte todo lo necesario para las certificaciones» de equipos y sistemas».

El proyecto se fue desarrollando en etapas y comenzó en el año 2013. La última fase se inició el año pasado con la planta de generación con un aporte de más de 14 millones de pesos del Fondo Argentino Sectorial (Fonarsec) de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica del Ministerio de Ciencia, mientras que el Caap aportó una suma similar para una inversión total de 28 millones.

«El equipamiento incluye los paneles solares, los inversores —que son los dispositivos que convierten en corriente alterna la electricidad en corriente continua que generan los paneles— y la estación transformadora para la red», detalló Airasca sobre la planta que tiene una potencia instalada máxima de 200 kilovatios. Esta potencia, en términos teóricos promedio, sería suficiente para abastecer una pequeña población de alrededor de 500 habitantes.

«La planta ya empezó a generar y se conectó a la red, a la vez que estamos trabajando en los telecomandos y el sistema de monitoreo para que desde la Cooperativa podamos ver qué es lo que ocurre en términos de consumo y aportes a la red», indicó, a la vez que anticipó que será oficialmente inaugurada el próximo 19 de septiembre.

«Ahora estamos viendo en tiempo real lo que está generando la planta, que arrancó el lunes pasado con 25 kilovatios y ya estamos en 200», indicó.

Autogeneración en los techos

Airasca señaló que «el proyecto también incluye una prueba de instalar generadores en 50 casas de usuarios de la red que nos prestan los techos, y es para ver cómo funciona el sistema».

Señaló que «esta es la tendencia mundial hacia el futuro de la energía, donde el usuario también será generador y va a poder venderle a la red», aunque aclaró que «aún los números (de los costos) están lejos de ser rentables», pero confió que «esos 50 techos nos sirven para ver cómo se comportan los equipos que son más chicos».

En un techo de una casa se genera una energía de 1,5 kilovatio-hora o unos 7 kilovatio-día, con un equipo que cuesta unos 70 mil pesos, aunque se estima que esos costos vayan bajando al hacerse masivo su uso a nivel mundial.

El ingeniero destacó que «hay otra prueba piloto, no exactamente igual, en Mendoza, pero las características de la experiencia en Armstrong son únicas debido a la forma de integrar las distintas partes del sistema: una red inteligente, la generación en cada domicilio a través de pequeñas plantas en los techos del usuario y otra planta general grande».

Uno de los objetivos del respaldo estatal a este plan es que esta experiencia genere conocimiento que se pueda trasladar a otras poblaciones. Por eso Airasca destacó: «Somos pioneros en trabajar integralmente».

También está en marcha otro proyecto de una prueba piloto de instalar generadores fotovoltaicos conjuntamente con baterías, para disponer de energía en horarios sin luz solar, destinado a casas e instalaciones rurales alejadas y hasta donde llevar una línea eléctrica es aún más costoso.

Los realizadores también destacaron que «el diseño, montaje y puesta en marcha de las instalaciones fueron desarrollados por personal técnico del proyecto Prier con el aporte sustancial del personal de campo de la Cooperativa y la asistencia de los proveedores de equipos».

la planta. El proyecto demandó unos 28 millones de pesos que aportaron el Estado nacional y el consorcio local.