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“La hora de los pensadores ha llegado”. Por Elizabeth Santángelo


University student selecting book from libraryTengo la certeza que ustedes desean recibir solo “buenas noticias”.

No exactamente lo mismo que ocurre hoy en día, cuando estamos frente a los medios de difusión. A veces el periodismo actual cae en las redes del sensacionalismo para atraer a más y más lectores.

 

Jesús hace más de 2000 años, les habló a los primeros periodistas, a sus propios discípulos, con un propósito diferente. Él les dijo con profunda convicción: “Vayan a dar buenas noticias al pueblo”.

 

¿Y acaso Mary Baker Eddy, autora de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras no tuvo el mismo deseo?

 

Nos convoca a todos a través de sus propias palabras desde las primeras páginas: “La hora de los pensadores ha llegado”. El texto sigue así: “La Verdad, independiente de doctrinas y sistemas honrados por el tiempo, llama al portal de la humanidad. La conformidad con el pasado y el frío convencionalismo del materialismo se están desmoronando”.

 

Estas sí que son buenas noticias para todos.

 

Fue alentador y a la vez revolucionario que a los 54 años, cuando Eddy escribió Ciencia y Salud, y que tuviera la fuerza y la valentía de decir estas verdades, que vibraron en su corazón, renovando sus esperanzas, teniendo una sola meta: dar al mundo un libro que fuera capaz de bendecir, sanar, reivindicar el derecho a ser libres en todos los sentidos.

 

Observando la marca registrada de la Ciencia Cristiana y está impresa no solo en el libro Ciencia y Salud sino en toda la literatura autorizada, el símbolo de una corona sobreponiéndose a una cruz, está enmarcado con las palabras de Jesús: “Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad fuera demonios”.

 

Esta demanda sigue tan vigente hoy como en aquella época, para que podamos, a cada paso, demostrarlas en la vida diaria, a la medida que nos es posible, transportándola a nuestra realidad. El Maestro esperaba eso de nosotros al decir: “Las obras que yo hago, él las hará también, y aún mayores hará porque yo voy al Padre”.

El mismo diseño de la cruz y la corona nos muestra que el triunfo está siempre del lado del bien: La victoria sobre todos los obstáculos que pretenden esclavizar a la humanidad.

 

La Ciencia Cristiana fue para Mary Baker Eddy el descubrimiento de un sistema de curación que Jesús había enseñado y practicado. Ella misma, una vez que llegó al entendimiento de estas ideas, las llevó a la práctica.

Alcanzó su demostración a través de hechos, no por hipótesis. Por eso la llamó Ciencia.

Su libro Ciencia y Salud abarca temas de interés, como el matrimonio, los hijos, la salud, la espiritualidad, la oración y otros temas profundos.

Este libro ha sido capaz de acercar la humanidad a Dios. De ofrecer un nuevo modelo y calidad de vida. De ayudar a resolver toda la problemática humana a través de la oración y el tratamiento metafísico específico.

Ciencia y Salud y la Biblia constituyen el Pastor único, dual e impersonal de la Ciencia Cristiana, y por qué no pensar que representa un botiquín de primeros y grandes auxilios, porque siempre está a mano para responder a cualquier necesidad, otorgándonos paz y curación.

En las Salas de Lecturas de la Ciencia Cristiana se comercializa la literatura autorizada, además de significar un lugar de paz para estudiar y orar.

La estrategia del vendedor de cualquier producto, primero lo tiene que probar para constatar que el producto que está ofreciendo es de excelente calidad. Si lo comprobó, el producto será vendido.

Les contaré una anécdota referida a este mismo ejemplo. Una persona trabajaba en una Biblioteca pública y observó que dentro de la literatura religiosa se encontraba Ciencia y Salud. Este libro era el único libro que nunca habían solicitado durante meses.

 

Esta señora no conocía Ciencia Cristiana, y tampoco de qué se trataba el libro, pero al ver que estaba un poco desolado en la estantería, la llenó de compasión, pensando que su autora se había inspirado tanto en escribirlo y sin embargo permanecía allí sin que nadie reparara en él.

 

Fue así que, al pensar en esto, sintió el impulso de llevarlo a su casa y leerlo. A medida que fue interiorizándose de las ideas, cada vez lo amaba más. Averiguó dónde podría encontrar bibliografía de la autora para entender mejor por qué lo había escrito.

 

Cuando terminó de leerlo, lo devolvió al mismo estante de la biblioteca. Y ese mismo día algo maravilloso ocurrió: 8 personas lo pidieron.

¿Qué había ocurrido? Ella misma había valorado que tenía un buen libro para ofrecer, porque primero le llegó a ella misma y podía dar fe que era una muy buena literatura.

 

Tanto profesionales, políticos, amas de casa, padres de familia, empleados de comercio, docentes, estudiantes, como hombres de negocio necesitan de bases morales, espirituales y de ética para desempeñarse en cada rol que ocupen.

 

Hasta los mismos publicistas en sus campañas promocionando un producto se rigen por valores éticos y morales. La gente no acepta más que le vendan “gato por liebre”.

 

Detrás de cada persona hay un comportamiento. Y esto tiene un común denominador y un motivo para pensar: ¿Quiénes somos? ¿Qué representa cada uno? ¿Cuál es nuestro objetivo en la vida?

Hoy más que nunca “la hora de los pensadores ha llegado”, y Ciencia y Salud invita a pensar, a volver a una forma de vida sana, sincera, regida por leyes que exigen obediencia, pero esta obediencia está cimentada en el Amor divino y en el amor a Dios y al hombre.

 

Mary Baker Eddy como autora de Ciencia y Salud vivió sus ideas y las demostró. Es por eso que hoy podemos identificarnos con una mujer que vivió gran parte de su vida en el Siglo XIX. Las demandas de la Sociedad siguen siendo las mismas. Todos necesitamos y reclamamos una mejor calidad de vida, mejor salud, mejores relaciones y respuestas acerca de la existencia.

 

 

 

Fue evidente que la sociedad ante este revolucionario descubrimiento espiritual, no estaba preparada para aceptarlo ni para aceptar que esta nueva visión viniera de la mano de una mujer.

 

Ella tuvo que enfrentar duras críticas de la Prensa, de otras corrientes religiosas y hasta de la ciencia médica.

 

¿Por qué?

 

Porque esta forma de interpretar el Cristianismo derribó estructuras basadas en el materialismo y en la aceptación de muchos dioses, en otros sistemas de curación que no fueran de origen espiritual, tal como Jesús lo dejó establecido.

 

 

Por eso la importancia de valorar a esta escritora audaz y comprometida, tal como valoramos las ideas de otros grandes hombres y mujeres de la historia. Los reconocemos por sus cualidades mentales y espirituales;

por lo que fueron capaces de brindar desinteresadamente a toda la humanidad.

 

 

Elizabeth integra el Comité de Publicación, en Argentina, y escribe reflexiones desde su perspectiva como profesional de la Ciencia Cristiana.  Síguela en Twittter: @elisantangelo1     –  Facebook: Elizabeth Santángelo de Gastaldi