“Hollywood” es drag queen y se convirtió en un clásico nocturno del balneario bonaerense: “Soy la anfitriona que todos buscan en la noche de Pinamar”, dice.
Sobre Avenida Bunge, entre Shaw y Jupiter, los vehículos se detienen a saludarla. Otros optan por el clásico bocinazo y los que transitan sacan sus manos por las ventanillas. Los más fanáticos sólo quieren una foto. Son las 12 de la noche en La Luna, el boliche en el cual se presenta como anfitriona, aún le faltan algunas horas para verse colmado.
Hollywood -así se hace llamar desde siempre- tiene brillo propio. “Enaltece la noche de Pinamar”, dijo un hombre, de unos 55 años, al pasar. “La conozco de la época de Ku. Si venís a Pinamar y no está, sentís que no es lo mismo”, agregó.
Hollywood Drag Queen Point, así su nombre completo, enaltece el concepto drag queen: tarda 6 horas en maquillarse, 3 horas más en limpiarse la cara y varios minutos en cambiar sus vestuarios. Todo lo hacen en la misma noche. Por la mañana, cuando el sol ingresa por las rendijas de las persianas de su habitación, vuelve a observarse frente al espejo. Sonríe, se lava los dientes, prepara el termo y sale a caminar. Para el trajín de las largas veladas nada mejor que una siesta en la playa.
“Soy de Las Parejas, provincia de Santa Fe. Allí crecí y me formé. Después viví en Rosario y luego en Buenos Aires. Pasé por todas las ramas artísticas: canto, percusión, actuación, diseño, todo lo que conlleva a ser una drag queen, que son muchas cosas dentro del entorno”, explica Hollywood, quien escoge su propia presentación.
La drag queen santafesina encabeza las fiestas de La Luna durante toda la temporada
“Mi nombre es Baltazar Renzi y mis papás son mis fanáticos número 1: no podría haber hecho nada de lo que hago sin ellos. ¿Si me auto percibo hombre o mujer? Traspasé todas las reglas, me siento más allá de ser hombre o mujer. Me siento más andrógino. Chique: porque si quiero ser un hombre, soy un súper hombre: y si quiero ser mujer, soy una súper chica”, sostuvo frente a Infobae.
Su nombre, en Pinamar, es sinónimo de complicidad. “Holly”, como la llaman aquellos que más la conocen, puso sobre la mesa detalles de una formación en una vida ligada a la naturaleza: “Pude tener una educación maravillosa. Hice teatro infantil, participé de una banda juvenil, probé con cerámica, toqué el piano, luego la pintura. Destinaba mi tiempo a eso”.
Y rememoró: “Cuando mi mamá dormía la siesta, dejaba un batón amarillo con lunares negros y yo jugaba a ser drag queen. Me ponía a desfilar. También había descubierto dónde estaba guardado su vestido de novia y eso era un premio para mí. Un juego prohibido porque tenía que asegurarme que nadie me descubriera. Soñaba con ser artista”.
“Soy una chica coqueta, muy coqueta. Al público de Pinamar lo conozco desde hace tiempo y es mega respetuoso conmigo. Cada vez que vengo -en el verano, invierno o fines de semana largos- me halagan y respetan: tengo una conexión que tiene que ver con un vínculo que nació hace 18 años cuando me topé con Cecilia Pardo y Manuel Morello, los dueños de La Luna. Me dieron la oportunidad de hacer y expresar mi arte delante de todo el mundo. Sin ningún tipo de vergüenza ni controversia. Ella me abrió las puertas y después conocí a Manuel. Acá recibo a la gente, les doy la bienvenida, los acomodo y les cuento cómo es el lugar. Soy la anfitriona que todos buscan en la noche en Pinamar”, indicó.
La influencia de su presencia es tal que su participación no se circunscribe a ser simplemente una recepcionista. Cuando las puertas se cierran y las más de 20 bolas de boliche plateadas que cuelgan en el techo comienzan a girar, Morello le cede el micrófono y Hollywood es la encargada de darle rienda suelta al show.
“Las drag queens estamos de moda, somos vanguardistas. Somos un fenómeno de la naturaleza, obras de arte vivas. Cuando me siento frente al espejo y me pongo a jugar con mi cara es como si agarrara un lienzo en blanco y creara una obra de arte. Ser drag queen implica tener vetas artísticas en moda, conducción, coreografía, teatro y mucha impronta», explicó.
Y profundizó en el concepto: “Ser drag queen se trata de exacerbar lo femenino. Otra definición del arte drag queen es que creamos personajes andróginos sin tener que imitar a la mujer. Es sentarnos a jugar con el maquillaje, el diseño, los peinados, accesorios, plumas, pestañas, brillos. Hay que darlo todo mediante la utilización de vestuarios maravillosos o utilizando materiales no convencionales, peinados exuberantes y originando una intención primordial cómica o satírica. Drag queen es una persona de cualquier orientación sexual. Una drag queen que está parada no es drag queen».
Hollywood contó que cuando arribó a Pinamar tocó las puertas de La Luna para ofrecerse como camarera: “Recuerdo que en la punta de la barra me maquillaba y las señoras me miraban con el tenedor en la mano hasta que me pegara la última pestaña. Con Mike Cameroni (célebre RRPP de Pinamar) empecé a trabajar en Ku. Y de un día para el otro hice un gran click y conocí a muchos artistas. También trabajaba en el Ku de Buenos Aires. Cuando regresé a Las Parejas le dije a mi familia que no me daba vergüenza trabajar con tacos altos. Al contrario, me divertía”.
“Un amigo que viajaba por el mundo me dio el nombre. Yo quería algún término indio, pero él me dijo: ‘No, te vas a llamar Hollywood’. Y quedó. Cuando me presentaba en Ku, ante miles de personas, la gente coreaba mi nombre. Y allí podía recordar que en Rosario yo pedía unos peinados raros, con batidos altos. Y no me conocía nadie. En un evento a beneficio fue cuando me animé a presentarme por primera vez”, contó.
Los concursos en todas las provincias del país hicieron que Hollywood viajara e hiciera trascender su nombre, para luego incursionar en la Costa Atlántica y en distintas ciudades del país. “Al mismo tiempo me metí en la actuación: hizo cine, teatro y televisión. Actualmente trabajo con un escultor y artista plástico, José Vivas, y es él quien me enseña a crear este arte. Me gusta la creatividad para jugar. Sé jugar”, reveló.
“Trabajo mucho en Buenos Aires. Tengo la suerte de hacerlo en eventos nocturnos, cumpleaños de 15, despedidas. También lo hago en Rosario, Córdoba, Bariloche, Mar del Plata, Tucumán. Conozco el país gracias a lo que hago. Amo este arte y todo lo que conlleva”, remarcó Hollywood.
Y completó: “Siempre digo que las drag queens somos como las chicas superpoderosas. Para vivir de esto hay que ser responsable y comportarse. No es para nada fácil mantener esa consecuencia de tener una estética diferente todo el tiempo. Traté de aportarle y divertirme todo el tiempo: involucrarme con la creación”.
Fuente: InfoBae / Fotos: Diego Medina