La Escalera análgesica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), también denominada ‘Escalera del dolor de la OMS’, o simplemente ‘Escalera analgésica’, es una expresión original acuñada en el año 1984 en Ginebra y publicada en 1986 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) , para describir un método o protocolo de tratamiento y control del dolor en el cáncer. No debe confundirse con las escalas de dolor que se utilizan para conocer el grado y evolución del dolor.
El dolor es íntimo, pero está impregnado de materia social, cultural, y es fruto de una educación. No hay dolor sin sufrimiento Todas estas consideraciones y otras sobre el dolor, llevaron a la IASP (Asociación Internacional para el Estudio del Dolor) a definir el dolor como: “Una experiencia emocional sensorial displacentera, relacionada con daño real o potencial a los tejidos descrito en términos de la misma”. Algunos autores agregan “Sin remedio disponible para alterar su causa o manifestaciones, una enfermedad en si misma»; “necesaria para la conservación de la vida”
El dolor es una manifestación ambigua del organismo. Por ejemplo, la mayoría de las enfermedades graves se instalan en nosotros sin previo aviso. Cuando llega el dolor, ya es demasiado tarde. El dolor quiebra la unidad vital del hombre, que tan evidente resulta cuando goza de buena salud, y confiando sus fuerzas, olvida las raíces físicas de su existencia, cuando ningún obstáculo se interpone entre sus proyectos y el mundo. El dolor no se mantiene fijo en la duración, varía de intensidad según modalidades que parecen caprichosas, desigual de una hora o un día para el otro.
El Dolor Agudo es transitorio y en general de corta duración. Dolor Crónico es aquel que dura más de 6 meses. Aunque el dolor presenta básicamente un significado biológico orientado a la detección, de alguna anomalía orgánica relacionada con el daño de los tejidos, no siempre hay proporción entre la magnitud de la lesión y la intensidad del dolor percibido. Presenta pues una gran variabilidad que va a estar determinada por una serie de circunstancias personales y del entorno familiar y sociocultural del sujeto. De ahí la importancia que para el tratamiento del dolor, especialmente del dolor crónico, tiene no solo la aplicación de una buena terapéutica farmacológica, sino la elección de una estrategia adecuada dirigida a modificar ciertos aspectos relacionados con la actitud del paciente frente al dolor.
Dra. Fernanda Serrano.
Especialista en Tratamiento del Dolor.