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Copitos. Por Rubén Eduardo Kelo Moreno.


 “Cambalache”, cuya letra y música pertenece a Enrique Santos Discépolo, el autor coloca una metáfora extraña. Dice: “…y herida por un sable sin remache, ves llorar la Biblia junto a un calefón”. Esa letra que se hizo popular y todas las generaciones aprendieron de memoria a través de nuestra historia, mirando hoy todo el panorama social que nos está atravesando a todos los sectores sociales y en  un punto de apoyo nos identifica con las banderas de la moralina

A principios del siglo XX, el uso de los baños en Argentina se generalizó sustituyendo a las viejas letrinas y hasta las “tazas de noche” que se utilizaban antes. En estos baños del 1900 comenzaron a aparecer los novedosos inodoros, los lavabos y las duchas y por consiguiente un calefón para calentar el agua. Todo un lujo que superaba lo conocido. Sin embargo, el papel higiénico tardó en imponerse y además, cuando apareció era un artículo de lujo bastante caro. Por esa razón, eran buscados los papeles más sedosos, como por ejemplo los que venían envueltos  manzanas u otros productos agrícolas.

Pero tal vez el más famoso era el llamado “papel Biblia” que era muy liviano, delgado y extremadamente suave.  Por ese entonces, existían muchos misioneros cuya función era distribuir la Biblia Protestante, para lo cual regalaban ejemplares en las calles, plazas, parques y paseos a todo aquel que lo solicitara. Y como somos argentinos, nos avivamos pronto. Muchos habitantes del territorio de nuestra patria parecían fanáticos devotos y aceptaban con una sonrisa tales gentilezas, aunque sean de la grey católica.

Retiraban las Biblias protestantes que venían de obsequio y las llevaban a sus casas con una sonrisa. Los que obtenían el sagrado libro, les hacían una perforación en la tapa y las colgaban en un gancho de alambre que se conocía en aquel entonces con el nombre de “sable sin remache”. Esto se ubicaba cerca del calefón, bien a mano de retrete, para ir arrancando de a poco las hojas de las Santas Escrituras.

Hoy podemos decir siglo 21 todo es como era entonces, solo que la metáfora lamentablemente con profundo dolor y tristeza se relaciona con nuestra Constitución, y los que deben respetarla y hacerla respetar.

 El resentimiento a la historia de las conquistas populares los coloca como negacionistas solo por llegar a un poder de pocos, sus proclamas y acciones políticas  se parecen  más a un sainete criollo.

 Previo a la aparición del “fiscal “Luciani se venían mostrando frases sin sentido acompañando como verdad revelada publicaciones de grandes medios de empresa que sabiendo que eran noticias falsas nunca se desmentían (Fake News).

El perverso juego de la pos verdad siempre el mismo hilo conductor Cristina, Cristina.., sin respetar la defensa a un juicio justo se publicaban : estas son las figuritas de katar ,sin la chora no hay derrotas , , todos somos Luciani, manos limpias y uñas cortas; no les da la edad a muchos,  sino mirándolos en el tiempo seguramente hubieran andado  con banderas en caravanas y gritando viva la patria ,todos somos la Junta ,y en su intimidad todos somos copitos,.

Estas culturas llegan de repente a la vista de todos pero se vienen sumando y la historia nos muestras cuanto nos cuesta erradicar a los argentinos. No solo no hubo reflexión sobre este grado de violencia que estamos padeciendo sino que duplican la apuesta a seguir generando más. Porque será que la situaciones repudiables de la mala política no nos hace mejores sino todo lo contrarios ,estos constructores de verdad revelada llenos de contradicciones se parecen mucho a la frase del final de cambalache ,hoy no se regalan biblias será porque es tan difícil llevarlas bajo el brazo , menos Constituciones ,los baños del poder son demasiados lujosos ,no tienen ganchos con formas de sable ni calefón sino  colgarían La Constitución, pero si la siguen llorando en esta cultura de copitos .

 Ruben Eduardo Kelo Moreno