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Cañada de Gómez. Acto Homenaje al padre Armando Amiratti.


armandoEl 27 de junio se cumplen 10 años de la partida del padre Armando Amiratti. Desde la Asociación de derechos Humanos de Cañada de Gómez, junto a Fraternidad Por Una Vida Digna, invitan al acto homenaje a partir de las 17,30 hs en la Plaza de la Vida y los Derechos Humanos (Balcarce al 800) en el mismo se colocara una placa recordatorio y se plantara un árbol en su memoria, el micrófono estará abierto a todos los presentes para recordarlo desde sus miradas y experiencias propias.

El Padre Armando Murió como vivió: sereno, pobre y libre… Tenía 87 años, y se le notaba, porque sus piernas ya no aguantaban. Ese era el único indicio de su vejez, el motor de su corazón era el de un joven soñador, audaz, creativo, revolucionario, despierto, colmado siempre de inquietudes, con capacidad de admiración y entusiasmo por lo nuevo, deseoso de ver una Iglesia con la frescura y osadía de los primeros tiempos.

Los años, curtieron su corazón, pero no lo endurecieron y mucho menos acostumbrarlo al conformismo, si, le dieron sabiduría, sencillez y generosidad de aquellos hombres que viven para los demás.

Desde joven tuvo afinidad con Dios que se revela en los pobres, en sus clamores, en sus luchas por la vida creyó en una Iglesia identificada con el Pueblo y que se «hace pueblo»… Eso le costó «tragos amargos», detenido por cura «tercermundista» removido de la parroquia de Cañada de Gómez a punta de fusil, con un operativo policial y militar para vencer la resistencia del Pueblo ,muchos cañadenses encontraron en el religioso, un signo claro del Evangelio y del compromiso cristiano verdadero y profundo.

Tiempos intensos aquellos `70. Tiempos de cambios, de crisis, de utopías. Orientaron su destino a La Rioja, donde Angelelli «tocaba campanas en el corazón de los pobres».

Llegó y se «metió en el barro» uniendo, sirviendo, escuchando, luchando….

Armando fraternidad.

Armando vida para todos.

Armando sueños de justicia y paz.

Y sé fue «como si nada», expropiado de sí mismo, para ser abono del hombre solidario, del amor, del compromiso, de la lucha por la paz y la justicia.

Armando, hombre luchador de utopías, cabal, cristiano, sacerdote del «último lugar», Armando, sigues en el corazón y con nosotros en el tiempo.