Apareció el hígado para Camilo y se puso en marcha el operativo de trasplante.


El bebé, de 9 meses, está internado en el Sanatorio de Niños y padece una enfermedad que compromete su vida. Ingresó al quirófano para la intervención.

Pocas horas después de que se hiciera público el caso, llegó el hígado que esperaba Camilo, el bebé que sufre una rara enfermedad y cuya vida depende de ese trasplante. Este martes el Incucai informó que estaba disponible el órgano compatible con el niño oriundo de Las Parejas, que estaba en tercer lugar de la lista de espera, y que precisa esa intervención en forma urgente.

Camilo, de 9 meses, sufre una enfermedad poco frecuente, denominada atresia biliar. De inmediato, en el Sanatorio de Niños de Rosario, donde se encuentra internado, iniciaron el operativo que implicó que los médicos de la Unidad de Hepatología y Trasplante Hepático viajaran de inmediato a Córdoba, donde realizaron la ablación al donante.

Pasada las 14 de este martes los profesionales arribaron al helipuerto de Grupo Oroño, con el órgano. En pocas horas más, después de todos los preparativos que exige el protocolo, se inició el procedimiento para injertar el órgano que puede cambiar la historia de este bebé y su familia. La intervención suele ser larga. «Estamos con mucha fe de que todo salga bien», dijo a La Capital Juliana Pochiero, la mamá de Camilo, mientras su hijo ya estaba en el quirófano.

Los especialistas habían estudiado a los padres de Camilo para evaluar la compatibilidad, con el objetivo de hacer un trasplante con donante vivo, pero los resultados no fueron positivos. Por eso, solo quedaba la chance de un donante cadavérico, que apareció hoy. «Es impresionante. Ya apareció el órgano, y eso es gracias a una familia que en medio del dolor toma la decisión de donar», reconocieron desde la entidad donde un equipo de decenas de personas trabaja contrarreloj para lograr el objetivo: salvarle la vida a Camilo.

Ayer, la mamá del bebé había explicado que su hijo tuvo un diagnóstico tardío por lo cual perdió la posibilidad de acceder a una cirugía, denominada de Kasai, que es un tipo de operación para extirpar las vías biliares enfermas (hasta la base del hígado) y restablecer el flujo biliar desde el hígado utilizando una parte del intestino del niño. Ese paso previo, que permite llegar con mayor tranquilidad al trasplante, no fue una opción para este bebé, cuya salud se deterioró al punto de estar en emergencia nacional.

Los profesionales que integran la Unidad de Hepatología y Trasplante Hepático del Sanatorio de Niños tienen una amplia experiencia operativos similares, y han logrado hitos en este campo de la medicina.

Donar, para salvar vidas

La madre del bebé, que es médica, recomendó hablar en lo cotidiano sobre la donación, y más cuando se trata de niños, porque ante una fatalidad, “en ese momento de dolor es difícil decidir”.

Los mensajes de afecto y fuerza se multiplicaron en las redes, apoyando a la familia de Camilo y en pos de difundir la donación de órganos.

El bebé atravesó distintos períodos internado, entre otros motivos por una peritonitis que complicó su estado. Juliana explicó que su hijo “tiene líquido en la panza” y debe alimentarse por sonda nasogástrica. «Ese líquido se infecta con el tiempo y se complica por lo que requiere internación», dijo.

El próximo 5 de noviembre Juliana Pochiero, y otras familias, solicitarán ante el Senado de la Nación que se debata una extensión de la Ley Justina, la cual indica que toda persona mayor de 18 años es donante a menos que exprese lo contrario. El agregado solicitaría que se replique la misma situación en menores de edad.

Qué es la atresia biliar

Según la Sociedad Argentina de Pediatría, la atresia biliar es la inflamación y fibrosis de los conductos biliares que se estrechan, acumulando bilirrubina dentro del hígado. Los conductos biliares transportan la bilis, desde el hígado hasta el intestino para digerir las grasas de los alimentos. En esta enfermedad, la bilis y otros compuestos producidos por el hígado (como la bilirrubina, un producto de descomposición de los glóbulos rojos) no pueden ingresar al intestino y se acumulan en el hígado, causando daño hepático.

Qué tan común es esta enfermedad

La atresia biliar ocurre en uno de cada 8.000 a 20.000 nacimientos vivos. Es la causa más común por la cual los niños pequeños necesitan un trasplante de hígado.

Síntomas y signos

Los médicos detectan esta enfermedad por el aumento de bilirrubina en sangre, el estado de ictericia (color amarillento en la piel y los ojos), orina oscura o heces pálidas de color arcilla.

Todo recién nacido con más de 14 días de vida con ictericia o niveles anormales de bilirrubina, y deposiciones pálidas, debe ser evaluado.

Cómo se trata

El tratamiento inicial es la realización de una cirugía que une una parte de la vía biliar funcionante (placa biliar) con el intestino delgado, de tal manera que pueda salir la bilis. Esta técnica se llama portoenterostomía o técnica de Kasai y, generalmente, es un tratamiento transitorio que retrasa el daño en el hígado y la necesidad de trasplante. El tratamiento médico de sostén se basa en la utilización de fármacos favorecedores del flujo biliar, vitaminas y apoyo nutricional. Cuando la operación es exitosa, la ictericia desaparece, los niveles de bilirrubina vuelven a la normalidad y las deposiciones recuperan su color marrón.

La intervención tiene mayor probabilidad de éxito cuando se realiza lo antes posible. Sin embargo, incluso con una operación temprana, muchos bebés con atresia biliar desarrollan una cicatrización permanente en el hígado, llamada cirrosis. Es probable que estos niños necesitan un trasplante de hígado a futuro.

Por Florencia O’Keeffe para Diario La Capital.