Mario Tourn, presidente del Grupo Gamma, se posiciona ante un gran desafío: la apertura en Rosario del sanatorio más moderno de la región.
«Soy de los que piensan que lo mejor está por venir». Con absoluto optimismo, el presidente del Grupo Gamma, Mario Tourn, se posiciona frente a un desafío inmediato; la inauguración del más importante eslabón de su cadena: el sanatorio más moderno de la región, que comenzará a funcionar el próximo 1º de mayo. No se muestra ansioso, pero sí convencido de que, aun habiendo logrado un hito para la ciudad, todavía se puede hacer más.
Denominado, Hospital Privado de Rosario (HPR), el efector incorporará 130 nuevas camas de internación, además de varios quirófanos de última generación y un helipuerto tras haber iniciado su construcción en febrero de 2013, no sin antes pasar por períodos clave en la búsqueda de la máxima calidad de estructura y servicios.
Sus grandes espacios, la luminosidad omnipresente y el mobiliario de vanguardia son verdaderas bases, en el marco de un concepto de desarrollo que, en materia médica, mantiene a los pacientes a resguardo de infecciones y cualquier contacto con el entorno, que pueda afectarlos.
— ¿Qué significa para usted este hecho?
— En términos personales, es un sueño cumplido. Pero además lo es para el Grupo Gamma, creado por médicos hace 38 años en base a calidad de atención. No obstante, este sueño de contar con el mejor sanatorio también cobra trascendencia especialmente en esta etapa de mi vida. Cuando uno es más joven, piensa que todo se puede lograr, sin embargo ahora hay que empujar más. Por otro lado, la gratificación llega a partir de lo que esto significará para la región, que hoy tiene un déficit de camas.
— ¿Qué destacaría de este nuevo emprendimiento?
— La tecnología e infraestructura, que van muy pegadas hoy en materia de salud y son muy difíciles de resolver sin un proyecto pensado desde cero. Este sanatorio llega a partir de importantes estudios. Estuvimos en contacto con la llamada comisión conjunta estadounidense, que hace las acreditaciones a los centros más importantes del mundo. Allí consultamos por la infraestructura y otros beneficios que podremos brindar: la presencia del sol, la naturaleza, los colores, nuestras cinco terrazas verdes. Es que está demostrado que ese conjunto de cosas genera beneficios, es una forma de levantar el ánimo y empujar desde ese ángulo la cura de los pacientes. El HPR tiene la infraestructura y las exigencias de la medicina actual.
— ¿Cómo serán los ambientes?
— Quiero destacar el área quirúrgica en lo que hace a la circulación, es decir la entrada y egreso a los quirófanos en un solo sentido y con presión positiva en el interior de la sala, de manera de que no ingresen gérmenes. Es una forma de evitar las infecciones intrahospitalarias o intraquirúrgicas. Entre otras cuestiones, las áreas de cuidados críticos ofrecerán la posibilidad de controlar y darles privacidad a los pacientes de un modo que no se conocía en Rosario, con boxes aislados y cámaras. A eso se suman los baños para cada box, fundamentales para la presencia de acompañantes. Al paciente le hace bien la compañía de un familiar o amigo, además de la luminosidad exterior: el saber cuándo es de día o de noche.
— Suele criticarse que en los centros de salud muchas veces se mezclan los pacientes y el resto de la gente…
— Eso no ocurrirá acá. Contaremos con claras divisiones de áreas y una circulación pública y técnica de manera separada. Eso está ciento por ciento controlado, incluso, obviamente, a la hora de que la gente haga uso de la medicina ambulatoria.
— ¿Y la amplitud de espacios?
— Debido a la superficie del predio, tuvimos la posibilidad de expandirnos. Esto es lo que yo llamo diferencia estructural y tecnológica en el inmueble de Presidente Roca al 2400. Como ejemplo, el mismo médico que atendía en nuestro Sanatorio Los Arroyos contará con otras condiciones y el paciente tendrá la posibilidad de obtener mejores resultados. Esto hace a la seguridad y tranquilidad.
— Está a horas de concretar este anhelo. ¿Qué seguirá luego?
— Soy de los que piensan que lo mejor está por venir. Pero en estos momentos es necesario también tener la capacidad suficiente de brindar, de festejar con la familia, los amigos, tantos colaboradores, y relajarse pensando en todos los que hicieron este esfuerzo, una cruzada que terminará el martes en el evento inaugural; para que el 1º de mayo, a las 8, estemos en condiciones de atender a todos, del mismo modo en que lo venimos haciendo en el Grupo. Y, sin lugar a dudas, viendo y sintiendo que la obra en funcionamiento es una caricia para el alma.