Es muy común oír la expresión del titular a nivel futbolístico, aunque tiene repercusión en cualquier área, como tal vez en el ámbito de un matrimonio, donde se ve a menudo el fantasma de la separación por distintos motivos.
El visible “descenso” en los valores educativos, la falta de desarrollo y creatividad hace que frecuentemente se tema por estos obstáculos que impiden el pleno desempeño y la actividad normal en una sociedad.
Quizás, cuando se llega a una edad avanzada creer que es inevitable la pérdida de memoria y el deterioro.
O bien una iglesia que pierde día a día a sus congregantes, sin encontrarle la causa o una razón válida.
La iglesia como institución, últimamente no tiene buena prensa, sea de la religión que sea.
Tal vez porque consideren que la iglesia es solo las paredes y su interior lo que la identifica, que ha perdido atractivo o un lugar adecuado para encontrar paz.
Si vamos a su significado espiritual siempre está vigente, siempre abierta para recibir con amor a quienes necesitan consuelo y curación.
La autora del libro Ciencia y Salud, Mary Baker Eddy, hace referencia a lo que ella percibió acerca de la iglesia en su significado espiritual y profundo. Dice: “La iglesia es aquella institución que da prueba de su utilidad y se halla elevando la raza, despertando el entendimiento dormido de las creencias materiales a la comprensión de las ideas espirituales … y sanando a los enfermos”. Este concepto de iglesia nunca desaparecerá.
Pero quizás porque ese concepto no sea muy conocido y practicado, se dice que en poco tiempo las iglesias ya no serán un atractivo ni una necesidad para la humanidad.
Cuando la iglesia da “pruebas de su utilidad”, cada uno que esté dispuesto a dar más que a recibir, encuentra el refugio adecuado, el lugar donde la Verdad se exprese y se expanda.
La constancia y fidelidad a nuestros ideales más preciosos hace que en momentos de vacíos existenciales o indiferencia social, ahí mismo veamos la manifestación de promesas que se cumplen.
Estamos ante una era de ideas y de renovación. Podemos hacer mucho no solo por las instituciones ya establecidas, sino por mantener despiertos los ideales en bien de las generaciones futuras.
Veamos todos estos desafíos como oportunidades para renovar nuestros sentimientos, nuestro compromiso con amor y comprensión hacia los demás.
Hoy se habla de la educación, y que nuestros jóvenes aún aquellos egresados de la Escuela Secundaria y Universitaria, carecen de la comprensión mínima de cualquier texto.
La educación hace salir de la pobreza. La revolución educativa no es solo generar un mejor ingreso a los docentes, sino una tecnología que esté puesta al servicio de la sociedad.
Se estima que lo que hace rico a un país es el estímulo de la creatividad y también de la esperanza, respeto y la fidelidad como valores inherentes a cada uno.
Resurgir como el ave fénix de las cenizas hará que remontemos a un horizonte prometedor, dejando de lado el temor a un futuro incierto, alentándonos a seguir adelante.
El poema: “Dulces temporadas de renovación”, por Moira Hudson, me lleva a la reflexión.
«Arboles de invierno;
Tiempo de desnudez;
Tiempo de silencio;
Tiempo de consolidación.
De preparación para prorrumpir en vida exuberante y gozosa abundancia.
Horas de estudio.
No mucho tiempo para ver u oír; ningún logro material;
Improductivas para los ojos humanos.
Pero cuando aparecen los nuevos pimpollos del ‘entendimiento’,
y nuevas visiones entran en acción, ¡Qué florescencia, y qué frutos!”
Sepamos aprovechar este momento, no permitiendo un “descenso” de la esperanza. Enfrentemos esta “declinación” aparente, buscando respuestas favorables.
Las respuestas están de nuestro lado, preparados para ser cada día mejores ciudadanos, mejores estudiantes y mejores miembros de una iglesia.
Esto se logra con la comprensión del rol que desempeñemos, sin pensar en uno mismo, sino en dar generosamente a la sociedad.
Elizabeth escribe acerca de la salud y el bienestar desde una perspectiva espiritual, y es Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana, en Argentina
Twitter: @elisantangelo1