FUENTE: PERIODICO EL INFORME DE LA CIUDAD (CAÑADA DE GOMEZ)
El fatal accidente donde perdiera la vida Pablo Pettinicchi fue en Laprida y Primera Junta el 24 de diciembre de 2007 pasadas las 15 horas. Los testigos dijeron que Pablo iba a baja velocidad en su moto, que tenía la derecha y una persona, que también salió de testigo, dijo que venía caminando por la calle contra el cordón en la cuadra de Laprida anterior al accidente y se tuvo que subir a la vereda porque el autor del hecho venía metiendo cambios en el Fiat Spazio. A Pablo lo golpeó de tal manera que quedó tirado a diez metros del auto, la moto quedó totalmente destrozada y hasta perdió una zapatilla que después su padre recuperó en la policía con su casco. El que llamó al CEMI fue un chico que vive en Laprida y Primera Junta, que incluso vio el accidente, y fueron los doctores Midauar y Amadío. Lo llevaron al Hospital. A las 17.30 hs. Pablo ya había muerto.
“Lamentablemente yo no estaba en Cañada ese día, estaba trabajando en una empresa de Rosario y como era 24 de diciembre venía con los regalitos para el arbolito de Navidad. Entonces me llaman por teléfono para decirme que vaya al Hospital porque había algo con mi hijo. Pensé que se había caído con la moto y cuando llegué allá el vicedirector del Colegio Nacional Gualberto Montañez me llevó a verlo a Pablo a la morgue del Hospital que es patética. A la mañana siguiente, con misa de cuerpo presente, luego fui uno de los que llevó el cajón junto a otras personas que me acompañaron” contó en un diálogo desgarrador su padre José.
LA CAUSA JUDICIAL
El fallo fue dictado por el Juzgado Correccional de Casilda y ratificado por la Sala II de la Cámara de Apelación en lo Penal de Rosario. Sin embargo, el imputado Raúl Andrés Goyenechea, siguió en libertad pues fue condenado a tres años de prisión de ejecución condicional y siete años de inhabilitación para manejar, al ser considerado penalmente como autor del delito de “homicidio culposo”.
También José Pettinicchi comentó que “la causa se instruyó en los Tribunales locales con el juez Rizzardi y luego cuando pasó a los Tribunales de Casilda intervino el juez Carlos Pareto pero no discriminó qué automotores, el término fue genérico y eso lo aprovechó para seguir circulando. Me acuerdo que me tocó hablar con el fiscal de la causa, el cual me dijo: si usted no se ocupa de este caso, como todos los similares va a parar al archivo. Así que tuve que ocuparme de buscar los testigos, en algún caso como el de “Compresor” López que fue inspector de tránsito. No tenía vehículo y yo le ofrecí pagarle un remis hasta Casilda para que él pudiera testimoniar, y lo hizo, cosa que le agradecí de por vida”.
Y agregó: “también el homicida de Pablo, llamado Raúl Andrés Goyenechea, es muy conocido por otro viejo inspector local que es Juan Domingo Frontera, el cual me dijo en una oportunidad que lo conocen al homicida de Pablo porque es transgresor de tránsito desde que era adolescente, lo sorprendieron en una Zanella que fue secuestrada y que aparentemente nunca retiró. Este señor Goyenechea es tan perverso, yo no lo conozco, porque no sé cómo reaccionaría si lo tuviese al lado mío. Pero mi hija sí lo conoce, por ejemplo estando ella estacionada frente al semáforo de Ocampo y San Martín, pasa caminando delante del vehículo de ella, la mira a la cara y se le ríe, lo cual habla de su calidad moral y humana. Además hizo otra cosa, la denunció a mi hija diciendo que estando él circulando en bicicleta, mi hija lo encerró con el auto contra el cordón, él se cayó de la bicicleta, se lastimó y tuvo que ser atendido por un médico. Mi hija en este momento tiene prohibido acercarse a más de 200 metros”. La familia Pettinicchi fue asesorada durante todo este tiempo por la abogada rosarina Claudia Limonta.
REINCIDENCIA
A principios de febrero del 2015 Raúl Andrés Goyenechea fue sorprendido en un operativo conjunto de Gendarmería Nacional y Municipalidad de Cañada de Gómez en la autopista y calle Colombia, intentó fugarse y no lo consiguió. La moto en que circulaba no estaba patentada, no tenía la documentación en regla, no tenía seguro y se la incautaron. Hace pocas semanas Pettinicchi habló con el secretario de Seguridad Ciudadana Luis Leiva y le dijo que la moto está en un depósito municipal. Pero además el vehículo tenía una cantidad importante de anormalidades (todos los detalles se encuentran especificados en el acta que hay en el Juzgado Municipal de Faltas).
“Cuando me entero de lo sucedido en el operativo, le comento de la transgresión a nuestra abogada y ella hace una presentación en el Ministerio Público de la Acusación de nuestra ciudad. Hablé con la Dra. Benvenuto y ella me dijo textualmente: “tenemos problemas legales” y le pregunté cuáles eran. Me dijo: “los alcances del término automotores”. Porque como no está definido cuáles son los automotores que tiene prohibido conducir, puede conducir cualquier cosa. Fui repetidas veces a la Fiscalía, creo recordar que fui ocho veces y de las cuales como mínimo me tocó planchar una silla durante dos horas de espera para que alguien me atendiera porque el empleado que está atendiendo al público que llega tiene que atender a abogados, denunciantes, el teléfono, etc. En definitiva, después de todo ese tiempo y en la última vez vino un secretario de la Fiscal pero me dijo: coincidimos en todos los términos, palabras más palabras menos, pero dado que la sentencia del juez Pareto no especifica qué automotores tiene prohibido conducir este homicida, la Fiscal tuvo que desestimar por una resolución su presentación. Cosa que le entendí pero no me satisfizo en absoluto. Le mandé la copia de la resolución a la Dra. Limonta y ella me dijo que el caso era tan específico que por ello estaba hablando con el Fiscal General Baclini para intervenir en este caso” manifestó José Pettinicchi.
REFLEXIÓN
“A mi juicio hoy todavía no tenemos justicia. Me parece que la justicia es hipócrita, perversa, cínica y que no tiene en cuenta la calidad humana de los perjudicados. Porque aparte de que le han robado la vida a Pablo con sus sueños, expectativas, proyectos… nos arruinaron la vida a nosotros. Por eso voy todas las semanas al cementerio, a llevar flores a la tumba de mi hijo y plantamos un árbol en su memoria que cuido y riego. Ahora cuando la Fiscalía desestimó la presentación prácticamente no me queda nada por hacer, en la mano no tengo recursos. Los recursos están en manos de los abogados y de los actores de la justicia como fiscales y magistrados. Este homicida es un peligro latente. Cierta vez llevé a arreglar una campera a una señora que hace trabajos de costura en calle Laprida y me dijo: “no sabe cómo pasa con la moto por acá”. Es un peligro suelto en la ciudad y espero que no ocurra, pero puede desencadenar otro accidente mortal en cualquier momento. Incluso hace pocas semanas hablé con el Dr. Pareto comentándole de la situación y me dijo que su opinión personal era que le parecía que no correspondía que la Fiscalía hubiese tomado esta resolución” finalizó diciendo el papá de Pablo.