Así lo planteó el Ministerio Público Fiscal porteño que desarrolla un plan experimental para combatir el negocio en barrios populares de capital. “Se pretende desmantelar el mercado abierto de las drogas en los barrios, dificultar el acceso a la sustancia y recuperar el espacio público», aclararon
La Justicia de la Ciudad de Buenos Aires ofrecerá ayuda a los vendedores de drogas que no tengan antecedentes a cambio de dejar el negocio de la venta para combatir el narcomenudeo.
El Ministerio Público Fiscal porteño desarrolló un plan experimental para combatir el negocio del narcomenudeo en los barrios populares de la Capital con la idea de encarcelar vendedores de poca monta para liberar el territorio y a sus habitantes de la distribución de estas sustancias.
El proyecto, que comenzó a fines del año pasado con un trabajo de infiltración, detección y detención de vendedores de pasta base en el barrio Ciudad Oculta se llama Programa de Intervención en el Mercado de Drogas (IMD) y tiene como objetivo principal erradicar los mercados abiertos de venta en barrios populares, reducir la violencia y recuperar espacios públicos tomados actualmente por estos mercaderes.
Las autoridades hablan de “disuasión focalizada”, un modelo inspirado en experiencias exitosas llevadas a cabo en diversas ciudades de Estados Unidos y recientemente en el barrio Las Condes, en Santiago de Chile. Este sistema diferencia los roles dentro del narcomenudeo.
Favorece la persecución penal de los “actores clave” de la organización -los jefes, los que tienen antecedentes, los que están prófugos o son violentos- y contempla un tratamiento especial, diferencial, para los vendedores sin prontuario o para familias que encuentran una salida laboral en un contexto de necesidad.
En qué consiste el proyecto
El modelo de «disuasión localizada» consiste en una reunión con los imputados sin antecedentes y exhortarlos a que dejen de vender drogas a cambio de ayuda social.
“Es un programa que pretende desmantelar el mercado abierto de las drogas en los barrios, dificultar el acceso a la sustancia y recuperar el espacio público para la comunidad. Se basa en tres etapas: la investigación, la intervención y el control”, explicaron fuentes del Ministerio Público Fiscal a Infobae.
“Dejamos de detener consumidores, que con el viejo modelo se supone que llevan a la cadena narco que hay detrás de manera atomizada y, en base a un diagnóstico del territorio, ‘tomamos’ el lugar y lo `gobernamos`”, explicaron fuentes del Ministerio, que trabaja en conjunto especialmente con dos áreas del Poder Ejecutivo porteño, los ministerios de Seguridad y Desarrollo Humano.
La fase 1 del programa tiene como protagonista al “agente revelador”, que no es otra cosa que un policía que se “disfraza” de comprador y detecta en el lugar la modalidad de entrega y junta pruebas -muchas veces con cámaras ocultas- de que allí se comercializan drogas.
El grupo de trabajo que se conforma para este estadio de trabajo identifica las calles, plazas o casas donde se venden drogas, se investiga el grado de disturbios, violencia o criminalidad en esas zonas (los “puntos calientes”) y se investigan las características del mercado de drogas: el tamaño, los tipos de sustancias que se venden, la procedencia de vendedores y compradores.
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