Los trabajos consisten en obras de protección, adecuación de canales aferentes, reparación y reconstrucción de puentes y reacondicionamiento del sistema de compuertas.
El canal se encuentra en el extremo oriental de la provincia de Córdoba, límite con Santa Fe, y se extiende desde una zona de bañados al sur de la ciudad de San Francisco, hasta su desembocadura en el cauce natural del Arroyo de las Tortugas, el cual descarga en el río Carcarañá. Por ser de carácter interprovincial, los trabajos son financiados con fondos nacionales.
El ministro de Infraestructura y Transporte, José Garibay, señaló que “con esta obra vamos a solucionar un problema de larga data, protegiendo a la localidad de Tortugas y a más de 600.000 hectáreas productivas”, y resaltó la importancia de “poder trabajar en conjunto con la provincia de Córdoba y la Nación, que va a financiar las tareas”.
El acto se realizó en la sede de la subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y contó con la presencia del titular del área nacional, Pablo Bereciartúa; y el secretario de Recuros Hídricos de la provincia de Córdoba, Edgar Casteló.
OFERTAS. En la oportunidad, se presentaron tres ofertas: la primera correspondió a la firma Ecodyma Empresa Constructora S.A., por $ 607.557.968,78; la segunda a Dragados y Obras Portuarias S.A., por $ 569.476.521,82; y la tercera a la UTE de José Chediack Saica-Milicic S.A., por $ 737.900.000.
CUESTIONAMIENTO. CARSAFe emitió un comunicado donde muestra su discrepancia con la readecuación del canal San Antonio. «Conceptualmente consideramos que una obra de tal magnitud debe ser planificada y desarrollada en el marco de un abordaje integral».
El Canal San Antonio con sus 192 kilómetros aproximadamente de longitud es el principal medio de evacuación de aguas de una vasta cuenca compartida entre Santa Fe y Córdoba. Construido en los años 40, el área de aporte al mismo se ha incrementado con los años considerablemente, por lo cual la idea de una readecuación para que sus dimensiones y características vuelvan a ser similares a las que tuvo originalmente no resuelve el problema.
Todo proyecto de obra hídrica debería contar con los estudios para definir claramente su diseño y caudales máximos a evacuar para recurrencias de 2, 5, 10, 25, 50 y 100 años. En el proyecto a licitarse se han tenido en cuenta caudales de la década 1940-1950, datos absolutamente desactualizados para determinar una modelación de caudales seria.