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En Las Rosas, higos y manzanas.


Sergio Dutto y sus hermanos tenían un campito en Las Rosas al que no le encontraban la vuelta, hasta que dieron con la producción frutícola de la que hoy viven 3 familias.

En los últimos años las condiciones económicas y las políticas agropecuarias hicieron que muchos productores de baja escala se vieran obligados a salir del sistema. Alquilaron sus campos, otros los vendieron, y así se fueron alejando de la actividad.

Sergio Dutto fue uno de los que se vio ante esa disyuntiva, pero en lugar de bajarse, le encontró la vuelta para seguir produciendo.

Algo de historia

Su campo está ubicado en nuestra ciudad de Las Rosas -departamento Belgrano, Santa Fe-, donde radican muchas de las empresas de metalmecánica y donde la agricultura extensiva es la que manda.

De lo que generaba ese establecimiento vivían tres familias, la suya y la de sus hermanos, pero con el paso de los años la renta agrícola no daba para tanto. Probaron con la producción de soja y luego sumaron un pequeño feedlot que no pudieron agrandar y dejaron de lado.

“No le encontrábamos la pata a la sota. Entonces pensamos en vender el campo e irnos a producir a Catamarca. Llamamos al INTA de esa provincia y nos atendió el ingeniero Antonio Prataviera, un prócer en el ambiente, que nos dijo por qué no hacíamos higos en el campo en lugar de mudarnos, para así atender a una industria de Coronda, donde nos dijeron que les lleváramos todo el higo que tuviéramos”, cuenta el productor santafesino.

Para esa empresa era una solución, porque la materia prima la tenía que originar en zonas alejadas de su establecimiento.

Los higos

El ingeniero del INTA les propuso hacer una plantación de higos para industria, de menor calidad, pero de alta cantidad en una parte del campo familiar.

“Es un higo relativamente distinto al de consumo, es un higo de mucha cantidad y poca calidad. No teníamos mucha fe. Hicimos una plantación de casi 4 hectáreas, pusimos 4.500 plantas de higo, en alta densidad, que son 1.100 plantas por hectárea. Eso hace que sean bajitas, las cosechamos caminando pero sacamos mucho volumen  y poca calidad, que es lo que pide la industria”, explica Sergio.

Cuenta además Dutto que en aquel momento surgieron algunos problemas familiares y dificultades comerciales con la industria que les compraba la fruta, por lo que decidieron comenzar a producir higo para consumo, que es de más calidad y agregar además otros productos como cítricos y una huerta. “Todo lo que necesita una familia”, describe en diálogo con Bichos de Campo.

Las manzanas

Además incursionaron en la producción de manzanas. Para ello no buscaron asesoramiento local sino en Brasil donde se está desarrollando esta actividad.

“No es la manzana de la Patagonia. Pero con esto contamos con una alternativa productiva y una oferta más para su consumo interno que antes no teníamos”, narra Dutto.

El resultado de la actividad fue bueno y por eso este año van a crecer 20%, para lo cual ya compraron las plantas de manzanas y de higos necesarias.

A diferencia de lo que sucede en la Patagonia, a esta manzana Dutto la cosecha en el arranque de cada año y coincide con la recolección del higo que se vende a un precio similar.

“Todos los años producimos 3.000 a 4.000 kilos de manzana. Realmente la pampa húmeda y estos cultivos son muy generosos. Siempre te devuelven mucho más y disimulan los errores que uno comente. El higo en ese sentido es maravilloso” dijo el productor de Las Rosas.

Producción bio-racional

Además decidieron hacer una producción bio-racional, lo que significa que no usan productos químicos para el tratamiento de enfermedades, a menos que el riesgo lo amerite. Para reemplazar a los químicos trabajan “mucho con hongos y ahora gracias a Dios hay un montón de laboratorios que te venden todo ese paquete tecnológico. Si en algún momento una plaga nos vence, por lo general es la mosca a la fruta, ahí hacemos la aplicación con el producto más liviano que hay y en las dosis justas. Bajamos la población y seguimos con el orgánico. El año pasado tuvimos que hacer eso, pero hacía 5 años que no aplicábamos nada”, cuenta.

Fuente y fotos: Bichos de Campo, por Nicolás Razzetti / Edición: Las Rosas Digital