Será en jurisdicción de Tortugas, en el límite con Córdoba, sobre la ex ruta 9 y a pocos kilómetros de la intercepción con la autopista. Desde Rosario se podrá llegar en solo dos horas.
Jorge Castillo, el empresario conocido como “El rey de La Salada” finalmente decidió instalar un nuevo paseo de compras a cielo abierto en la provincia de Santa Fe y eligió un lugar estratégico, tal como lo quería cuando comenzó a buscar algún predio rural cerca de la autopista Rosario–Córdoba. Y qué mejor sitio que a pocos kilómetros de donde se junta con la ex ruta 9, a la altura de Tortugas.
El empresario confirmó a La Capital que la futura Salada estará en jurisdicción de Tortugas, localidad que pertenece a la provincia de Santa Fe, a pocos kilómetros del límite interjurisdiccional con la provincia de Córdoba y cuya demarcación geográfica natural es el arroyo de Las Tortugas. El predio queda a solo dos horas de Rosario y se puede llegar por ambas vías: la autopista o la vieja ruta 9, donde no hay peajes.
“No me da la fecha para arrancar el emprendimiento para el Día de la Madre, como hubiera querido, pero lo encararíamos para fin de año. Me interesa instalarme del lado de Santa Fe y según lo que hablé con la dueña (de la locación elegida), está sobre el KM 417 de la ex ruta 9″, cerca del Automóvil Club Argentino (ACA) de Tortugas», precisó el mega empresario.
Convencido de que el campo que le ofrecieron a pocos kilómetros de Tortugas, comuna del departamento Belgrano, es el ideal, Castillo se aventuró a decir que “el lugar y la decisión están”. Sin embargo, aclaró que en estos momentos “está complicado el tema de la inversión por lo que hay que esperar para ver qué pasa con esta pandemia de Covid-19”.
En esa línea, mencionó que con la llegada de la variante Delta al país, “hay una psicosis de que se podrían volver a cerrar los lugares de compras de este tipo pero si vemos cómo está el tema de la vacunación, vamos bien. Da la impresión que se acabó el receso y la posibilidad de que nos paren y no nos dejen laburar. Pero si viene esta variante a la que le hacen tanta publicidad y nos vuelven a cerrar sonamos, porque quedamos a mitad de camino”, analizó.
Fácil acceso.
El lugar mencionado se ubica a poco más de 100 kilómetros de Rosario y a menos de 300 de la ciudad de Córdoba, a unas tres horas y media de La Docta. “Aún no compré ni alquilé porque no está la situación económica para andar moviéndonos ahora con mi gente (los feriantes). Me da la impresión que voy a arrancar y me voy a quedar a mitad de camino y eso es malo para el negocio, por eso decidí esperar unos meses”, especificó el Rey de la Salada.
Más allá de las adversidades eventuales, Castillo está entusiasmado: “Avancé, porque elegí el lugar y eso es fundamental. Es ese, no hay otro. Tengo la subida y la bajada de la autopista cerca y, si bien es un momento bueno para invertir, teniendo en cuenta las elecciones, voy a esperar un poco más para arrancar”.
La Salada de Punta Mogote fue la primera que armó Castillo y es visitada por compradores del todo el país.
Asimismo, comentó que se encuentra en plena construcción de una galería en La Salada de Flores (Buenos Aires) y sigue con el Mega Polo La Salada Cuyo, en Santa Rosa, Mendoza. “Con todo este revuelo que se armó porque pienso construir un nuevo centro de compras sobre la autopista, aparecieron micros de Córdoba y de Rosario en la feria de Mendoza. Además, porque los precios son igual o mejor que en la Salada de Punta Mogote, en Lomas de Zamora, aunque es una feria más chica, con unos 300 puestos”, relató el empresario.
Por último, adelantó que está en pleno proceso de lanzamiento de un nuevo portal (megapololasalada.com) donde va a estar volcada toda la información sobre los desarrollos que tiene en Flores, Mendoza, Lomas de Zamora “y el que vamos a hacer en Santa Fe». Esta web tiene a su vez un carrito de compras. Vamos a trabajar como lo hace Mercado Libre, pero será a otro nivel”.
La página ya se promociona como “Mega Polo La Salada, comprá como siempre soñaste sin moverte de tu casa” y se pueden ver los productos con sus respectivos precios y talles, como así también la opción de “comprar ya” aprovechando “los mejores precios del mercado”.
Castillo ya había explicado a este diario que su proyecto para el futuro centro de compras está diseñado bajo un modelo constructivo de pospandemia, con pasillos de diez metros de ancho, por donde la gente va a caminar a la intemperie «como un shopping a cielo abierto pero con techos corredizos para no mojarse cuando llueva”.
Ahora deberá avanzar con el modelo comercial y definir si la propietaria de la tierra le quiere vender la parcela o participar del negocio, repartiéndose lo que se cobra por metro cuadrado a los puesteros. También había explicado cuando anunció su venida para estos lares que la única condición era ubicarse lejos de las urbanizaciones, “en el medio del campo, solo como loco malo, y cerca de una bajada de la autopista porque la gente necesita entrar rápido y salir rápido de la feria”.