No hay dudas de que el panorama monetario parece estar encaminado con los datos de superávit fiscal, una inflación desacelerando y un tipo de cambio MEP “tranquilo”.
Ahora bien, a pesar de que estos datos demuestran un compromiso mucho más intenso de lo que fue el plan de estabilización iniciado en el gobierno del Ex Presidente Macri, tanto los mercados nacionales como internacionales tienen los máximos resguardos a la hora de invertir en bonos, acciones, economía real o, en el caso de organismos internacionales, liberar líneas de crédito con el país. Verdaderamente no podemos culpar a nadie. 9 Defaults, CEPO, cambio de leyes y normativas constantes producen que ningún analista económico pueda marcar un sendero hacia un horizonte de largo plazo.
Tal como dice el título de esta nota, «El que se quema con leche, ve la vaca y llora», lo que intento transmitir es que, si bien estamos en una etapa temprana del nuevo gobierno, las decisiones parecen tener congruencia con los objetivos que se planean cumplir. Esto no exime de riesgos, como el año pasado fue la sequía y hoy por hoy lo es la caída en el precio internacional de los commodities agropecuarios.
Pero hay algo que quiero remarcar, no existe inversión ajena al riesgo. Esto puede ir desde un mal balance que haga caer en un 20% las acciones de una empresa, hasta un robo de los ahorros que tenemos en nuestro hogar, o algo mucho peor, una crisis sistémica, donde por una guerra las reservas y depósitos de un país se vean afectados. Imaginemos el caso de la guerra entre Rusia y Ucrania, donde en ambos países la demanda de depósitos de las personas llegó hasta tal punto que las autoridades decidieron imponer un “corralito”.
Comentario personal: En Argentina, lamentablemente, no necesitamos enfrentar una guerra para experimentar situaciones críticas como las mencionadas. La gestión local ha sido tan deficiente que por sí sola ha llevado al país a enfrentar graves problemas.