EL DIPUTADO CARLOS DEL FRADE VALORÓ LA BAJA DE HOMICIDIOS AUNQUE ALERTÓ SOBRE CRECIMIENTO DE BANDAS NARCO POLICIALES EN BARRIOS DE ROSARIO.
El gobierno provincial difundió las cifras que dan cuenta de una baja «histórica» en los homicidios, en relación con 2023, que en Rosario significó una caída interanual del 65,5%.
Algo similar ocurrió con los casos de personas heridas por armas de fuego, entre enero y noviembre de 2024, ya que la estadística también marcó una merma.
Frente al dato sobre los asesinatos, el diputado Carlos Del Frade reconoció que se trata de una reducción «significativa», y apuntó a que es «fundamental ver cómo se pueden prolongar los buenos resultados».
En ese sentido, el legislador del Frente Amplio por la Soberanía planteó que es necesario reflexionar sobre las razones de la disminución. Como parte del análisis, recordó el impacto de los crímenes de trabajadores en marzo, y el doble crimen de Bracamonte y Attardo, cometido en noviembre pasado; y habló de la identificación de «16 nuevas bandas narcopoliciales barriales en Rosario, y 56 en toda la provincia», en semestre pasado.
El diputado provincial indicó primero que la reducción es «significativa» y lo subrayó por entender que «la mezquindad no puede ser parte de la política, sino vamos a terminar en una sociedad peor».
Tras ello, apuntó al «por qué» de esa baja. «Así como (el ministro de seguridad Pablo) Cococcioni sostuvo que encararon todo desde diversos ángulos, también hay diversos ángulos oscuros en relación a esto. Si algo marcaron especialmente los cuatro homicidios de marzo (en relación a los crímenes de trabajadores) y el doble asesinato de Pillín Bracamonte y Attardo es que las bandas narcopoliciales barriales siguen existiendo, tienen poder de fuego y tienen poder económico», sostuvo. Luego agregó: «Y tienen, por supuesto, complicidades con los nichos de corrupción».
En esa línea agregó: «Cuando hicimos el análisis de la aplicación de la ley 14.239 de Microtráfico, en el último semestre de 2024, destacábamos la identificación de 16 nuevas bandas narcopoliciales barriales en Rosario; 56 en toda la provincia». En tanto, planteó que en el informe del Ministerio Público de la Acusación sobre el tema, «falta analizar cuántas bandas realmente se detectaron por arriba de lo del microtráfico, de dónde vienen los insumos, de dónde vienen las drogas, de dónde vienen las armas y adónde va el dinero. Esas cosas no están respondidas», señaló.
«Y en la reducción de homicidios lo que también queda claro es que en forma simultánea el gobierno nacional, que discute la paternidad de esta disminución de homicidios, a finales de septiembre dio un análisis tremendo, a mi entender, porque dice que en concepto de todas las drogas incautadas en Rosario en los primeros nueve meses del año eran 270 kilos, y es sorprendente porque solamente en el año 2023, en cocaína, se habían secuestrado más de 860 kilos. En esa diferencia, lo que queda claro es lo que te dice la gente en los barrios, que cada vez hay más drogas y más aparición de cuestiones como el suicidio de chicos» que «se endeudan». Con todo, plantea que «por lo menos deja espacio a pensar que en algunos sectores se ha mirado para otro lado a la hora de la venta de drogas, que está generando muchos problemas sociales».
Además, Del Frade sostuvo que «por arriba del negocio en serio lo que circula por el sistema financiero, eso está absolutamente intocable. Las empresas que manejan la exportación, como la vieja pauta de comportamiento desde el año 78 en adelante, sigue siendo intocable», señaló. «Después está lo otro, quiénes venían haciendo mal las cosas, cuáles eran los responsables, por qué hubo tantos homicidios antes. Eso tampoco se está explicando».
En otro punto planteó que «lamentablemente estamos viendo una exacerbación de esto que llaman el empoderamiento policial, cada vez hay más desborde en las actuaciones que superan la cuestión delictiva, como el allanamiento a docentes, que fueron mostrados esposados a la salida de tribunales», entre otras cuestiones.
Además, Del Frade lamentó que se «disfraza lo que ellos llaman política pública de seguridad a lo que es en realidad una política de control social». En ese sentido sostuvo que «las cárceles están atiborradas de pobres».