El senador Alberto Crossetti, que no pudo imponer su candidatura a la reelección en las elecciones primarias del domingo, visitó los estudios de Renacer Regional. Preguntado cómo le impactó el resultado, expresó que «Ya asumí que los votantes resolvieron por otra persona. Los cargos no son de uno, y debemos aceptarlo con altura. Tuve triunfos pero nunca me cambiaron, siempre los consideré como una oportunidad de trabajo por los demás, y dije que me iría si alguna vez me sentía cansado. No era aún así porque tenía fuerzas y proyectos para seguir, pero el voto de la gente es inapelable. Y con convencimiento digo que estoy contento por lo importante: la institucionalidad continúa, la democracia permite expresarse y son los ciudadanos los que resuelven».
Otros conceptos
– Me sorprendieron los guarismos tan bajos obtenidos en Las Rosas. Teníamos hecha una proyección de cada una de las localidades del departamento Belgrano, que salieron tal cual o a favor en 5 de ellas, pero claramente en algo fracasamos en Las Rosas, donde pensábamos que ganábamos con suficiencia. Fue la ciudad donde más hicimos, donde la gestión más lució y más propuestas teníamos hacia el futuro, pero quizás no lo supimos comunicar correctamente a la comunidad o simplemente se cansaron de ver mi cara.
– Siempre puse mucha pasión en lo que hago, y desde mi primera elección como presidente comunal pasaron 32 años. Ahora es tiempo de dedicarse más a la familia, a las actividades particulares. Mi función de Senador la hará ahora otra persona; que será mejor o peor y la historia sabrá juzgar.
– Tuve siempre claro que las reglas de juego deben aceptarse cuando uno ingresa, como en cualquier actividad que se realice. El político «entra a la cancha» sabiendo que es de paso, y que en determinado momento la gente se cansa o siente que la gestión hecha no es de su agrado, y elige por otra persona. Es así.
– No voy a interferir en nada en la acción del futuro senador. Haré algunas actividades a través de la Fundación Departamento Belgrano (FuDeBe), en acciones de bien, como por ejemplo el programa de calidad alimentaria que estaba en marcha con el Dr. Abel Albino, de la Fundación CONIN, para atender la desnutrición infantil y la correcta alimentación temprana de los niños.