La puesta en escena se extiende por una hora y media donde pasan las historias más risueñas y personajes disparatados que son propios de la cultura argentina, dejando un mensaje final que llama a la reflexión al espectador: el vivir la vida con felicidad.
“Nos reímos de las cosas que nos pasan y no hacer hincapié de las cosas que no nos gustan… Hay veces que todo pasa por el enfoque que uno le da a la vida, hay veces que no les damos prioridad a las cosas buenas y nos quedamos detenidos en las desagradables”, observó el actor.
Garay demuestra en la tablas sus dotes de actor y también de muy buen cantante, haciendo un repaso con los presentes -y entre graciosas anécdotas- de un popurrí de temas populares de los años ’70.
María de Los Angeles Martínez.