
Al término de la sesión del pasado martes, la concejala Revigliono se refirió al proyecto, destacando su «necesidad». «Hay muchos cables que están dando vueltas por los techos, por las calles enroscados en los árboles, tirados que están en desuso, inutilizados», explicó. También mencionó los cables que «cruzan» las terrazas o «van por el medio de la manzana», generando incertidumbre sobre su origen y uso.
Un plan de acción para un espacio más limpio y seguro
La ordenanza establece un procedimiento claro para la remoción de estos cables. Una vez sancionada, las empresas prestatarias de servicios (telefonía, cable, internet, energía eléctrica) tendrán noventa días para presentar un plan piloto que detalle cómo van a retirar los cables de manera segura y ordenada.
En caso de que las empresas no cumplan con esta obligación, la autoridad de aplicación, designada por el Poder Ejecutivo, las intimará a hacerlo en un plazo determinado. Si aún así no se produce la remoción, será la propia autoridad la que proceda a retirar los cables.
Sanciones y multas para los que no cumplan
Para asegurar el cumplimiento de la ordenanza, se contemplan sanciones para las empresas que no respeten la normativa. Estas sanciones pueden ir desde un apercibimiento hasta multas o la suspensión de los servicios.
El juzgado de faltas intervendrá para aplicar las multas correspondientes, basándose en el dictamen de la autoridad de aplicación. Revigliono se mostró optimista sobre el impacto de la medida: «Se van a remover», afirmó, refiriéndose a los cables que «hoy vemos en la ciudad, que están enroscados en los árboles, que están tirados, que están en desuso». La concejala enfatizó la importancia de la iniciativa no solo por la seguridad, sino también por la contaminación visual que genera este problema.



