Pero también se está prestando suma atención al cuidado interno del paciente, su educación, sus temores ocultos, y su disposición a ponerse del lado de la salud y no de la enfermedad.
Estudios recientes en Argentina, nos dicen que han incluido en hospitales públicos, los sistemas de medicinas alternativas y complementarias.
La medicina alternativa, educa cómo manejar el dolor, superar el desánimo, sobreponerse a temores y creencias, así como vencer el temor a la muerte. Y lo más importante, cómo aceptar la idea de que la salud es un estado inherente a la persona.
¿Cuál es el factor esencial en la actitud del paciente?
Una alternativa en la curación es ponerse del lado de la vida. Si el paciente desea vivir, puede demostrarlo en su bienestar físico, mental y emocional.
Estos aspectos coinciden plenamente con la curación espiritual de la Ciencia Cristiana, no dejando sumergida a la persona en la desesperanza, falta de confianza, desaliento o escepticismo, elementos que no ayudan a recuperar las fuerzas y tampoco a restablecer las funciones normales de cualquier órgano.
Especialistas analizan y comprueban que el cuerpo es gobernado por la Mente y responde a las indicaciones de ella.
La actitud del paciente que se orienta y dirige hacia la salud y no fomenta la enfermedad, puede alcanzar los buenos resultados que se esperan, así como un GPS nos conduce al lugar indicado.
Mary Baker Eddy, escritora e intérprete de las bases metafísicas del cristianismo, lo expresa en sus propias palabras: “Tus decisiones te dominarán, cualquiera sea la dirección que tomen.
Sé el portero a la puerta del pensamiento. Admitiendo sólo las conclusiones que deseas que se realicen en resultados corporales, te controlarás armoniosamente a ti mismo”
¿Qué es lo que opera realmente?
El cambio de pensamiento del paciente, un cambio de perspectiva en su vida y estar dispuesto a abrirse a otras alternativas. Esto es lo que más se necesita en el campo de la curación espiritual.
Cuando queda demostrado, se abre la puerta a un nuevo concepto de lo que significa realmente estar sano.
Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana para Argentina.
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