Latidos, un grupo de San José de la Esquina, rompió el hielo y abrió la noche en el escenario con un profesional tributo a Los Nocheros que duró más de una hora.
Luego entró en escena el Gringo Fernando De Boever, un humorista de la zona que sacó más de una sonrisa al público con un repertorio que incluyó chistes e imitaciones musicales.
El broche de oro, y momento más esperado, llegó de la mano de Sabroso. En dos bloques de más de cincuenta minutos promedio, Wally Mercado hizo un repaso general de los mayores éxitos de la banda y las nuevas producciones.
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