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Sarampión: qué medidas se toman en Santa Fe para prevenir contagios.

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Los equipos del Ministerio de Salud van a buscar e identificar los chicos que no estén vacunados con la triple y doble viral para inmunizarlos. Los adultos también deben confirmar si recibieron la vacuna para evitar “propagar” el virus, que es muy contagioso.
Con casos confirmados en Venezuela, Brasil y Perú, el sarampión es un riesgo para el sistema de salud. Esta semana, se confirmó un caso en una beba de 8 meses, que vive en el centro de la ciudad de Buenos Aires, y el Ministerio de Salud nacional emitió un alerta epidemiológica. En la provincia de Santa Fe, también levantaron la guardia.

Uno de los desafíos es que los equipos de salud no enfrentan brotes de esta enfermedad viral —altamente contagiosa y en ese punto similar a la gripe— desde la década del ‘90. El sarampión reapareció en Europa, en los últimos cinco años (en países como Francia, España, Portugal e Italia). Una de las hipótesis es que el virus se reactivó en los países más desarrollados por la influencia de los grupos de padres “antivacunas”. También hay casos en el sudeste asiático, y en Venezuela —que después “contagió” a Brasil— influyó la crisis económica.

La ministra de Salud de Santa Fe, Andrea Uboldi, confirmó que los equipos sanitarios van a salir a buscar en forma activa los posibles chicos que no estén inmunizados, a partir de los datos que aporta el sistema nominalizado: la red informática en la que se vuelcan los datos de vacunación de los santafesinos.

“Los niños que tienen entre 1 y 4 años deberían haber recibido la vacuna triple viral, y eso es lo que queremos confirmar. A los cinco años, además, se inocula la doble viral para reforzar la inmunización”, explicó la ministra.

La triple viral también protege contra rubéola y papera. Como la efectividad de la vacuna es del 95%, a los cinco años se refuerza con la doble viral para inmunizar a ese 5%, que no tiene anticuerpos. Se estima que en la Argentina la tasa de vacunación contra la enfermedad es cercana al 90% —quizás algo menor, advierten los epidemiólogos—.

Los más grandes

¿Qué tienen que hacer los adultos? Los más veteranos —arriba de los 50 años— es probable que hayan padecido la enfermedad cuando eran más chicos y los brotes eran frecuentes. Si tuvieron sarampión, ya tienen los anticuerpos y no necesitan vacunarse —explicó Uboldi—.

La vacuna es de principios de la década del 60 y se incorporó al calendario obligatorio de vacunación a finales de los ‘90 en la Argentina (1997/98). Por eso, los que tengan cerca de 20 años deberían haberla recibido y muchos adultos que tienen entre 20 y 50 años también, pero es importante chequear en el carné de vacunación o consultar en el centro de salud si efectivamente se recibió la vacuna (el dato “salta” al revisar el sistema).

“Si un adulto no puede confirmar que está inmunizado debe aplicarse la vacuna para evitar propagar el virus y así proteger a toda la comunidad”, recomendó Uboldi. El sarampión no se puede subestimar: en general, los pacientes lo atraviesan con fiebre, debilidad y las características manchas rojas, pero puede provocar complicaciones en los pulmones y en el cerebro (de hecho en Europa ha causado muertes).

Las mujeres que están planificando un embarazo es clave que revisen si están vacunadas, ya que con sus anticuerpos van a proteger al bebé durante los primeros 6 meses de su vida. El problema es que hay una brecha, entre los 6 meses y el año —cuando ya pueden recibir la vacuna—, en la que los bebés tienen menor protección (justamente, el caso confirmado en Buenos Aires es una beba de 8 meses).

En guardia

Otra medida que se tomó en la provincia, y que también sirve para dengue, es notificar en forma inmediata si se detecta un paciente con fiebre y sarpullido —vigilancia de síndromes febriles—, para que en caso de que sea sarampión se pueda trabajar para contener un posible brote.

La gran herramienta sigue siendo la vacuna y en este contexto de alerta la pregunta relevante es si hay suficientes dosis. “En Santa Fe, contamos con la vacuna, al margen de que puntualmente pueda faltar en forma coyuntural en algún centro de salud y haya que reponerla. En general, no suele haber problemas con su provisión”, aseguró Uboldi.

Gastón Neffen

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