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Salvaje agresión a un joven cañadense en el boliche Quimera.

quimeraCuatro patovicas lo golpearon de manera brutal y después lo tiraron a la vereda dejándolo inconsciente por algunos minutos. El caso está siendo investigado por la Fiscalía local.

FUENTE: PERIODICO EL INFORME DE LA CIUDAD (CAÑADA DE GOMEZ)

Un joven de 23 años de nuestra ciudad (cuya identidad El Informe decidió preservar por obvias cuestiones de seguridad) fue salvajemente golpeado en el boliche Quimera ubicado en España y Balcarce durante la madrugada del domingo pasado y luego literalmente tirado a la calle por patovicas que se desempeñan en el lugar. Posteriormente su padre radicó la denuncia en sede policial y el hecho está siendo investigado por el Ministerio Público de la Acusación de Cañada de Gómez.
Todo aconteció, según su relato, alrededor de las 3.40 hs. cuando estaba junto a un grupo de amigos en el sector VIP (el cual se encuentra ubicado en el primer piso del boliche) y decide bajar al baño. Luego de salir del baño y, al querer subir de nuevo (tenía la cinta que lo habilitaba para estar en ese lugar), una persona que cumple funciones de seguridad interna (primer patovica) le manifestó que no podía volver a ingresar al VIP y de repente sin mediar palabras lo agarró del cuello con las dos manos y a posteriori le propinó un golpe de puño al lado del pómulo izquierdo y lo sacó agarrándolo del cuello contra la pared hasta lograr abrir la puerta con la mano que le quedaba libre. Una vez abierta la puerta que da a la calle Balcarce el patovica, sujetándole el cuello con las dos manos, lo empujó directamente al suelo golpeando con su cabeza (región posterior) en la misma vereda.
Luego quedó, producto del fuerte impacto, tirado en el suelo hasta que dos jóvenes se acercaron, lo ayudaron a levantarse ya que se encontraba mareado. Luego de recuperarse, al cabo de unos minutos, este joven de 23 años decidió entrar por la puerta principal del boliche y se entrevistó con otro personal de seguridad (segundo patovica) a quien le comentó lo que había sucedido y éste le respondió que se dirigiera a hablar con el jefe de los patovicas. Y con un láser le hizo seña con la persona que se tenía que comunicar.
Al descender esta persona (tercer patovica) ya que se encontraba en un piso superior y, sin mediar ningún tipo de palabras, el que supuestamente se presenta como el jefe de los patovicas le pegó dos golpes de puño en el pómulo izquierdo en el interior de un lugar muy reducido adonde lo había llevado. Además comenzó a recibir nuevos golpes de puño y patadas en varias partes del cuerpo de parte de éste y del patovica que lo había dejado ingresar de nuevo al boliche bailable Quimera. Ahí mismo se sumó una nueva persona para golpearlo (cuarto patovica). Mientras tanto, el jefe de los patovicas vociferaba: “acá no pasó nada, te vamos a matar pendejo de mierda, no vengas más, ya te tenemos junado”, además de otros insultos. Posteriormente lo sacaron del interior del cuarto y desde allí hacia afuera.
Una vez en el exterior, este joven de 23 años, se acercó a Darío Climaco (jefe de la Guardia Urbana Municipal) para manifestarle lo que había sucedido, el cual le respondió que no podía brindarle los nombres del personal de seguridad. Del interior del boliche salieron de manera inmediata y rauda dos de los patovicas que le habían pegado y lo empezaron a correr durante 30 metros por Balcarce en sentido hacia Sarmiento por la misma calle. Luego de todo lo padecido y sufrido, el joven cañadense regresó a su domicilio.
Dichos patovicas no estaban identificados pero el joven de 23 años los pudo describir físicamente: el primero de los patovicas que lo agredió era de contextura física robusta, tez blanca, cabello corto; el segundo era más alto que robusto, también tenía el cabello corto y levantado y morocho; el tercero de los patovicas, llamado como el jefe, tenía anteojos de marco turquesa o color similar y el cabello corto como el resto de los agresores mientras que del cuarto no recuerda ningún dato. Todos estaban vestidos con un traje de color oscuro y se estima que provienen de Rosario para trabajar en la noche cañadense.
Respecto a los testigos, existen estas dos jóvenes que vieron precisamente el momento en que la víctima fue arrojada a la vereda de calle Balcarce por parte del primer patovica. Es más, podría llegar a reconocer, en una eventual rueda de reconocimiento que la Fiscalía dictamine, a sus agresores. Esta grave y salvaje agresión permaneció oculta y se hace pública ahora a través de una investigación de El Informe ya que no fue informada en ningún parte de prensa de la policía de la Unidad Regional X durante el transcurso de esta última semana. La noche cañadense parecería ser tierra de nadie.

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