Se estima que entre un 20 al 30 por ciento de las mujeres que están en su edad reproductiva los tienen, aunque no todos son diagnosticados. Los fibromas se pueden desarrollar como masas individuales o en racimos (o grupos). Pueden variar en tamaño, pero sólo una tercera parte de estos son lo suficientemente grandes para ser detectados por un médico durante el examen físico.
HERPES SIMPLE: La mayoría de los afectados por el virus del herpes simple o genital, que se transmite por vía sexual, no detectan la existencia de la enfermedad en su cuerpo porque no suele presentar signos visibles. La aparición de vesículas, pequeñas bolsas de agua en la zona genital rodeadas de areolas rojizas, es un indicio de que la enfermedad está presente. A pesar de que estas son similares a las que aparecen en la zona bucal, las mismas no provocan ardor ni picazón y esto lleva a que los pacientes no le presten demasiada atención a las pequeñas lesiones y por lo tanto no consulten al médico.
El virus puede estar presente en nuestro organismo y ser contagiado a nuestra pareja aunque no haya rastro de heridas. Muchas veces las lesiones están ubicadas en la parte interna de los aparatos reproductores y eso impide su detección a simple vista por lo que es recomendable realizar una consulta médica.
Los casos de herpes genital se ven en personas cada vez más jóvenes, esto se debe a que la edad de inicio en las relaciones sexuales es cada vez más temprana y menos responsable. Debido a la problemática, la clave para evitar el contagio está en el cuidado y la auto educación a la hora de tener relaciones sexuales. Asimismo, una pareja única y estable y el uso de preservativo son factores determinantes que evitan el contagio ya que por el momento las vacunas tendientes a combatir y prevenir el virus han fracasado.
HPV: El Papiloma Virus Humano (HPV) es una enfermedad de transmisión sexual que se transmite de madre a hijo a través del canal del parto. Así como el herpes genital simple, se manifiesta a través de vesículas en los órganos reproductores femeninos y también es frecuente en los hombres. Sin embargo esta afección puede ser portada sin presentar señales de alarma ya que la inexistencia de lesiones no es un factor excluyente.
Este virus puede detectarse con facilidad en las mujeres que consultan periódicamente al ginecólogo. Si bien el virus no tiene un tratamiento especifico, un estudio de papanicolau y una colposcopía al año determinan la diferencia a la hora de prevenir consecuencias mayores como la displasia y las alteraciones oncogénicas que pueden derivar en cáncer.
Las lesiones ocasionadas por el HPV pueden provocar la destrucción del canal del parto, producir hemorragias en la mamá y propiciar la transmisión del HPV, que se manifiesta en el recién nacido como papilomatosis laríngea, esto es que se atrofian las papilas de la superficie de la laringe y la obstruyen. La papilomatosis requiere de una operación y de tratamiento, y trae riesgos para la vida del bebé.
Fuente Programa Televisivo: “Prevención y Salud”.
Dra. Florencia Colombo. Ginecóloga.
Programa Tv. Prevención y Salud. Lunes 3 de julio 13,30hs.
Reiteración: Jueves 20hs y sábado 12,00hs.