Entre un 60-80 por ciento de las personas tiene dolor lumbar a lo largo de su vida. La lumbalgia aguda tiene buen pronóstico y generalmente se manifiesta como una entidad que pasa espontáneamente (el 90 por ciento se recuperan en 6 semanas).
En más del 85 por ciento de las personas no se encuentra una causa subyacente. Clasificar a los pacientes en: lumbalgia simple o irradiada, lumbalgia sospechosa y lumbalgia crónica puede ser el punto de partida para decidir el manejo y las pruebas de estudio indicadas.
¿COMO TRATARLA?
Cuida la postura cuando estés sentado: hoy en día pasamos muchas horas sentados delante del ordenador, es muy importante adoptar una posición adecuada libre de vicios posturales que afecten a nuestra espalda. Un buen truco para sentarse bien es la regla de los 90º, es decir, situar las articulaciones de la rodilla, cadera y codos en 90º.
Salvo en los primeros días en que el dolor puede ser severo e invalidante, no está indicado hacer reposo. Existen evidencias suficientes para afirmar que el reposo en cama es menos eficaz que cualquier otra alternativa terapéutica. No debe recomendarse y debería limitarse a los pocos días en los que el paciente normalmente tiene dolor severo al moverse (generalmente menos de 4). SE ha encontrado que es beneficioso para los pacientes mantenerse activos: mejoran más rápido los síntomas, disminuye el riesgo de paso a la cronicidad y se reduce el tiempo que están fuera del trabajo.
Los analgésicos y los antiinflamatorios son útiles para aliviar el dolor y mejoran la capacidad funcional. No parecen existir diferencias significativas entre ambos grupos, aunque los segundos tienen más efectos secundarios. Debemos pensar en ellos como agentes de alivio mientras la evolución natural permite la recuperación.
Existen evidencias que demuestran que los relajantes musculares son útiles en el dolor lumbar agudo sin que se hayan encontrado diferencias entre ellos. No tienen utilidad en la lumbalgia crónica.
Los tratamientos físicos (masajes, ultrasonidos, frío, calor local y onda corta) se recomiendan habitualmente para aliviar el dolor. Sin embargo no existen pruebas de que tengan efecto alguno sobre los resultados. Tampoco tienen efectos secundarios significativos.
Dormir sobre la superficie adecuada: es mejor gastar más dinero en un buen colchón que en pastillas para dormir. Un buen lecho donde descansar proporcionará el descanso que tu espalda merece y no se resentirá a la hora de levantarnos.
Realiza una buena respiración: una inspiración y espiración profundas ayudarán a relajar tus músculos evitando contracturas.
Utiliza técnicas o actividades de relajación para destensar los músculos de la espalda y quitar el estrés diario que hace que tus músculos se encojan.
Controla tu peso: un peso excesivo puede hacer variar las curvaturas de la columna produciendo un desequilibrio postural que a la larga limitará nuestros movimientos y desembocará en dolores de espalda.
Cuidado con el levantamiento de peso: evita coger peso en exceso y si lo haces al cogerlo y dejarlo flexiona las rodillas para bajar a cogerlo y dejarlo. Y siempre mantén el peso lo más pegado a tu pecho, así tu espalda sufrirá lo menos posible. Si utilizas mochila cuidate de llevar las dos asas, así repartirás el peso homogéneamente.
Fuente: Dr. Guillermo Masters. Traumatologo.
Programa Tv. Prevencion y Salud. Lunes 24 de abril 13,30hs.
Reiteración: Jueves 20hs y sábado 12,30hs.