Cuando me encuentro con estas noticias y estadísticas, me detengo un momento para pensar y reconocer que se pueden buscar alternativas diferentes que proporcionen no sólo salud, sino una vida con mayor seguridad y sin temor al futuro.
Eso sucedió con Carmen Consuelo, profesora de Educación Primaria en Lima. Ella estaba padeciendo con dolores en las articulaciones, y para aliviar en algo lo que sentía tomaba antiinflamatorios. Por la actividad que realizaba en la escuela, participando e interactuando con los niños en juegos y labores en donde era necesario estar en constante movimiento, le fue muy difícil aceptar, cuando los médicos le diagnosticaron principios de Artrosis y dispepsia. La dispepsia surgió como consecuencia de la cantidad de antiinflamatorios que había tomado. En su aflicción pensó que ya no podría tener la libertad de caminar y seguir trabajando como siempre.
En su búsqueda espiritual, se tornó a la lectura de la Biblia esperando encontrar ideas que le proporcionarían consuelo y alegría. Le fue muy útil encontrar esa cita bíblica: “Yo haré venir sanidad para ti y sanaré tus heridas.” De igual modo emprendió el camino de un nuevo conocimiento de la salud a través del libro Ciencia y Salud, en el cual la autora Mary Baker Eddy explica cómo las teorías humanas son incapaces de hacer al hombre armonioso, porque ya lo es según leyes espirituales. Para que la armonía se manifieste en el cuerpo, es necesario aceptar, comprender y vivir esas leyes espirituales de acuerdo con el Principio divino que las establece.
A medida que estudiaba los libros, el Amor divino inundaba su pensamiento, y los temores y resentimientos que albergaba por sucesos que la habían lastimado y ocurridos en el pasado fueron desapareciendo.
Como consecuencia de este cambio de actitud y de pensamiento, Carmen sintió que no necesitaba tomar los medicamentos y sanó completa y permanentemente. Eso ocurrió hace casi 10 años y hoy día continúa trabajando y enseñando a los niños en el colegio primario, participando en las actividades sin tener ninguna dificultad.
No solo fue el inicio de una mejor vida, saludable y sin temor, más aún compartió lo aprendido con su familia y les ayudó también. Ahora dice Carmen que aprendió la importancia de vivir en paz y sin guardar resentimientos.
Esta experiencia de liberación y curación de la artrosis me trae al pensamiento lo que Eddy explica en su autobiografía Retrospección e Introspección, que cuando toda “creencia” de enfermedad sea aniquilada de la consciencia, entonces se encontrará que lo real y verdadero es estar sano.
Carmen Olivas escribe sobre la salud y su relación con la espiritualidad e integra el Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana para Perú.
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