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Hepatopatías Crónicas. Por Mariana Bianciotto.

Mariana Bianciotto. ArmstrongLa hepatitis crónica se define como la presencia de un proceso inflamatorio difuso del hígado, causado por distintas etiologías, que se prolonga por 6 meses o más. Sin embargo, no es necesario esperar 6 meses en el curso clínico de un paciente para hacer el diagnóstico. Por el contrario, el diagnóstico precoz puede tener implicancias en el pronóstico.
Las causas más frecuentes de hepatitis crónica pueden dividirse en 4 grupos: virales (virus B y C de la hepatitis), autoinmune, drogas (isoniazida, nitrofurantoína, metildopa, alcohol etc.), y enfermedades metabólicas (fibrosis quística, enfermedad de Wilson, deficiencia de a1 antitripsina).
Generalmente esta lesión es progresiva y se denomina cirrosis hepática (CH) al estadio final de la misma. Las etiologías más frecuentes en nuestro medio son el alcoholismo y la infección por el virus de la hepatitis C.
La hepatitis crónicas puede tener diferentes formas de presentación:
1. Comienzo agudo, muy similar al de una hepatitis viral aguda.
2. Comienzo insidioso, con síntomas generales (dolor abdominal, astenia, adinamia, pérdida de peso), que preceden o acompañan a la aparición de ictericia y alteraciones en el examen físico, propias del daño hepático crónico (hepatomegalia, esplenomegalia, arañas vasculares, circulación colateral superficial, palma hepática y ascitis). En los casos de hepatitis crónica activa, pueden haber además manifestaciones extrahepáticas (acné, amenorrea, artritis, dermatitis, colitis, nefritis inespecífica, tromboflebitis, anemia hemolítica y otras). Posteriormente pueden aparecer síntomas de insuficiencia hepática.
3. Asintomática, con signos en el examen físico o alteraciones de laboratorio propios de daño hepático crónico.
El diagnóstico de hepatitis crónica debe sospecharse, en casos de: compromiso inexplicable del estado general, con presencia de decaimiento, astenia, adinamia, y baja de peso, en pacientes con antecedentes o presencia de ictericia que es el amarillentamiento de la piel a causa del aumento por encima del valor normal de la bilirrubina en sangre; hallazgos en el examen físico de: hepatomegalia, esplenomegalia, o de estigmas de daño hepático crónico; antecedente o presencia de factores etiológicos como ingestión de drogas, transfusiones, patologías autoinmunes, etc; alteraciones de laboratorio, como aumento de transaminasas hepáticas que son la GOT Y GPT, o de la gama glutamil transpeptidasa o gama-GT (que esta determinación se la suele usar para el diagnostico diferencial de la hepatitis alcohólica) hipoprotrombinemia, , hipoalbuminemia o hipergamaglobulinemia.
La biopsia hepática por punción confirma el diagnóstico, muestra el grado de actividad necroinflamatoria, tiene valor pronóstico y en algunos casos, puede sugerir la etiología.
El estudio de las posibles etiologías debe ser individualizada de acuerdo a los antecedentes clínicos, aspectos epidemiológicos, historia familiar y hallazgos histopatológicos.
Prevención.
Las cosas más importantes que puede hacer una persona para prevenir la cirrosis son:
• Evitar el consumo de alcohol.
• Moderar el consumo de sal de mesa (cloruro de sodio)
• Consultar a un médico por si existe una enfermedad hepática crónica silente que pueda llegar a producir cirrosis.
• Si un paciente sabe que tiene alguna enfermedad hepática, debe consultar periódicamente con su médico por si es una enfermedad tratable, cuya progresión se pueda evitar (enfermedad alcohólica o hepatitis B o C, por ejemplo).
• Evitar el consumo de medicamentos o sustancias tóxicas para el hígado
• No tener prácticas sexuales de riesgo
• No compartir agujas o jeringas con otras personas
• Vacunación en el caso de la hepatitis B, por ejemplo.
Bioquimica Mariana Bianciotto.
Programa Televisivo, ¨Prevención y Salud¨. Estreno, día lunes 13 de abril, 13,30hs.
Reiteración, jueves 19,30hs y sábados 12,30hs.

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