“Siento una gran emoción porque después de 35 años tenerlo, para el pueblo para mi, para todos”.
Al ser consultado sobre si había corrido esa máquina respondió:” No lo corrí, pero siempre lo asentaba yo o Bastianelli.”
Con relación a como llega nuevamente el auto a la ciudad Ferrero explicó: “El trámite fue así, me acercan una inquietud diciéndome “Pirata” hay un hombre que quiere hablar con vos, compró el auto que era de su propiedad, quiere restaurarlo y hablar con ustedes.”
Siguió el “Pirata” su relato diciendo: “Me llama quien lo tenía y le dije vengase, avíseme unos días antes y los charlamos, para ver que le falta al auto.”
“Esta persona vino con dos amigos más, me conto lo que le faltaba y entonces le dije te voy a prestar un álbum y te fijas como era originalmente, ya que él quería dejarlo como de fábrica, llegó a hacer fotos hasta de un metro de tamaño para ver cada detalle, y lo hizo igual”, agregó Ferrero en medio de una gran emoción.
Finalmente expresó que al verlo pensó no subirse, le propuso hacerlo a Bastianelli y al llegar a la Plaza Flotron, se subió y dio un recorrido con mucho entusiasmo y buenos recuerdos.