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Acto homenaje a los Cooperativistas de Armstrong.

El pasado jueves 23 de enero, el intendente local Dr. Pablo Verdecchia junto a funcionarios municipales, diversas entidades, familiares y amigos de los cinco cooperativistas asesinados, participaron del acto homenaje en el Museo Histórico Municipal, al cumplirse un nuevo aniversario del siniestro crimen.

Cerca de Río Segundo, por la vieja ruta 9 y hacia la ciudad de Córdoba, el 23 de enero de 1974 a las 14.45, integrantes del Comando Radioeléctrico de la capital mediterránea asesinaron a Víctor Cantoia, gerente de la Cooperativa Agrícola Ganadera de Armstrong Limitada, Aldo Viotto, Ernesto Pascucci y Roberto Blanch, funcionarios de la misma entidad, y a Odorico Montorfano, directivo de la Federación Argentina de Cooperativas Agrarias (Faca), de Rosario, respondiendo a unos criterios y a una metodología que en poco tiempo más se convertiría en moneda corriente, ensangrentando al país.

   Los mutualistas viajaban en un Ford Falcon color borravino, hacia Colonia Caroya para interiorizarse del funcionamiento de un supermercado, para instalar uno similar en Armstrong.

   Horas antes, cinco agentes de la policía federal conformado por Juan Carlos Naranjo, Néstor Velázquez, Eduardo Domingo Moreno, Rómulo Cirilo Cabral y Ramón Salguero, había partido desde Córdoba en un automóvil idéntico al de los cooperativistas para realizar una serie de allanamientos ordenados por un juez federal.

   Después del mediodía, el grupo de federales se detuvo en una parrilla para almorzar y por recomendación del chofer, guardaron las armas en el baúl para no asustar a las personas del lugar. Esa maniobra fue advertida por un vecino que pasaba por allí y dio aviso a la policía de Laguna Larga. Luego una comisión de la policía de Córdoba los interceptó y verificó su documentación, pero desaparecieron sin creer que eran federales. Este episodio desembocó en un operativo de la policía cordobesa a través de un bloqueo en la ruta nacional 9, donde poco después ocurrió la tragedia.

Versión policial.Un curioso parte policial sobre los hechos indicaba entonces: “Siendo las 14.45. se conoció que por la ruta 9, a la altura de Laguna Larga, pasó un automóvil rojo con cinco personas a bordo. Inmediatamente y por resultar los ocupantes del mismo sumamente sospechosos y al parecer armados, el Comando Radioeléctrico destacó a lo largo de la ruta referida cuatro móviles”.

   El informe también indicaba que el auto no tenía patente, que viajaba a 150 kilómetros por hora, que desobedecieron la orden de detención y que sus ocupantes abrieron fuego contra el retén policial, entre otras falacias.

   También indicaba que le secuestraron dos pistolas calibre 11.25, tres revólveres calibre 38, proyectiles y vainas servidas, así como una carabina calibre 22, y tres detonadores de explosivos.

Hechos reales.En su viaje los cooperativistas habían pasado Laguna Larga cuando se cruzaron con un móvil policial que, al advertir su presencia giró y comenzó a perseguirlos. Después que el Falcon sobrepasó a un camión, –cuyo conductor desdijo luego a los policías–, fue alcanzado por el móvil policial 334 del Comando Radioeléctrico. El chofer del móvil cerró el camino al auto rojo y éste giró a la izquierda para no embestirlo. Allí sonaron los primeros disparos provenientes de la banquina norte donde había efectivos en posición de cuerpo a tierra. Luego sucedió una balacera efectuada por los ocupantes del móvil 334.

   Tras la ráfaga se oyó que desde el auto gritaban “no tiren, no tiren” y los nombres y ocupaciones de los pasajeros. Esto no importó a los policías, que avanzaron hacia el auto disparando y llegaron a introducir las armas dentro del mismo para asegurar los disparos.

   Detrás del camión estaba detenido un auto Fiat, a cuyo conductor los policías le pidieron un destornillador con el que disimuladamente sacaron las patentes al Falcon. La orden original de los policías era impedir el desplazamiento “de un Torino, Chevrolet o similar, chapa B-459328 rojo”, sin que trascendieran los motivos.

   Los documentos de identidad y la ropa de las víctimas, las chapas patentes y otros elementos como portafolios y documentos de trabajo fueron escondidos y enterrados cerca del lugar de los hechos. Además les “plantaron” armas para simular un enfrentamiento.

   A los pocos minutos, llegó al lugar otro Falcon, también rojo, con cinco personas armadas pertenecientes a la policía federal, provenientes de Laguna Larga.

Conclusiones. El operativo fue montado contra los policías federales. Descubierto el error, había que borrar las huellas del crimen y comprometer a los cooperativistas asesinados. Al llegar minutos más tarde, los federales comprendieron que la trágica emboscada estaba dirigida a ellos.

   Todo fue corroborado recientemente, por el periodista de La Voz del Interior, Miguel Durán, al entrevistar a uno de los federales. La emboscada formaba parte de una embestida para derrocar al gobernador Obregón Cano, lo que sucedió un mes después con el recordado golpe policial encabezado por el comisario Antonio Navarro y conocido como “navarrazo”.

Fotografías: Walter Musso/ Actualidad Informativa/ Cable Imagen Armstrong

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