La paciencia, la prudencia así como otras condiciones mentales son fundamentales para sobrevivir, y tal vez sean uno de los mayores ejemplos a seguir.
Esto mismo lo vemos reflejado en toda la naturaleza, aunque quiero referirme especialmente a los pájaros. Ellos pasan días preparando sus nidos, recolectando materiales que quizás trajeron de largas distancias, y sin embargo, una tormenta o un viento huracanado derriba el nido violentamente al suelo.
¿Qué hace el pájaro? ¿Desiste y se olvida del nido que servirá de recinto para proteger a su cría? En absoluto: vuelve a construirlo las veces que sea necesario y además, lo hace cantando alegremente!!
En nuestra experiencia sucede lo mismo.
¿Estás desgastado de la rutina cotidiana, de proyectos irrealizables o de rupturas en tus relaciones?
Solo la forma en que reaccionas ante las pruebas contribuye a salir adelante con seguridad y confianza.
Hay actitudes que son fundamentales para tu crecimiento como persona:
-Autoestima
-Paciencia
-Constancia
Si observamos las experiencias de los primeros cristianos y aún el mismo Jesús, todos tuvieron que conocerse a sí mismos, saber que tenían una misión en la vida y que era posible llevarlas a cabo con determinación.
La absoluta confianza en el bien fue el eslabón principal para mantener la llama de la fe ante la incredulidad y resistencia de muchos para conocer la Verdad.
Ninguno renunció, ninguno se debilitó ante las dificultades que le acarreaban el haber aceptado un camino para sanarse y salvarse a sí mismos y a otros.
La oración y un sentido de elevación permanente fueron la base y prioridad, pudiendo descubrir su unidad e inseparabilidad con Dios, como la fuente de todo lo bueno, como el real objetivo en sus vidas. Y esa misma presencia divina, los guió y sostuvo aún en los momentos más cruciales.
No te dejes confundir ni desalentar por lo que ahora estás enfrentando, siente que eres parte activa y necesaria para demostrar que es posible contemplarte como Dios te ve, libre, feliz, satisfecho y sin temores.
Comprobarás que has podido sanar ciertos rasgos que no te ayudaban, quizás pensar que hubiera sido mejor no pasar por tal experiencia, evitando el sufrimiento que te ha traído, pero es necesario que en cada momento difícil probemos nuestra fe, “la certeza del bien que esperamos, la convicción de lo que no se ve”.
Nos habla de esto mismo, una de las estrofas del poema “No te rindas”, de Mario Benedetti, conocido escritor uruguayo:
“No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo.
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos.
Liberar el lastre.
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso.
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños.
Destrabar el tiempo.
Correr los escombros.
Y destapar el cielo”.
No permitas que ninguna circunstancia pueda derribar tu “nido”. Como aquel pájaro que vuelve a construir con nuevas fuerzas, es posible recomenzar tu obra y estar seguro que estás a tiempo para ver cumplidos tus objetivos y legítimos propósitos.
Elizabeth integra el Comité de Publicación, en Argentina, y escribe reflexiones desde su perspectiva como profesional de la Ciencia Cristiana. Síguela en Twitter: @elisantangelo1 – Facebook: Elizabeth Santangelo de Gastaldi